1887 |
17 Enero. Nace en Castellbisbal
(Valles Occidental), hijo de Jaume y
Josepa. Es bautizado el 22 de Enero.
Tiene una hermana, Montserrat. |
1894 |
Muere el padre. La familia ha de
trasladarse a Rubí.
Alumno de los Hermanos Maristas,
sobresale en estudio y en piedad. |
1898 |
19 Marzo. Primera Comunión. Desde
que tiene uso de razón manifiesta el
deseo de ser sacerdote. |
1900 |
Entra en el Seminario de Barcelona.
Gracias a un benefactor se puede graduar
en Teología en Tarragona. |
1910 |
12 Marzo. Ordenación sacerdotal.
19 Marzo. Celebración de su
primera misa en un centro de
catequesis.
23 Julio. Vicario de Sant Julià
d'Argentona. Realiza una gran labor
pastoral y social. Aun es recordado. |
1917 |
Rector de Sant Juan de Mediona. |
1919 |
30 Agosto. Ecónomo de Anta María
de Mataró. Nombrado rector el 11 de
Enero de 1924.
Impone orden y puntualidad, fomenta el
culto, embellece la iglesia para la que
consigue el título de Basílica menor.
Se distingue por el trabajo en el
catecismo tanto en la iglesia parroquial
como en las escuelas, especialmente en
el tiempo de la República. Predica y
fomenta los ejercicios espirituales.
Asiduo al confesionario y director de
conciencias, desvela vocaciones y
promueve las familias cristianas.
Organiza el apostolado de los laicos. No
abandona nunca el cuidado de los
enfermos ni la atención a los pobres.
Marca una profunda huella en la vida
cristiana de la ciudad. |
1934 |
6 octubre. Es incitado por un
grupo a prender fuego a la iglesia.
Se niega con decisión y después, delante
de juez, "no reconoce" a los componentes
del grupo que si encendieron el fuego. |
1936 |
30 julio. Es detenido y conducido
a la prisión de Mataró, donde cuida
espiritualmente a los compañeros presos. |
1936 |
1 septiembre. Es asesinado en el
cementerio de Mataró. Muere de cara a la
ciudad, con los brazos en cruz y
perdonando a los verdugos. Desde el
momento de su muerte comenzó a ser
invocado por los fieles Cayó bañado en sangre,
mientras se oían estas palabras: «¡Perdón, Dios mío! ¡Le
perdono, Señor! ¡Madre mía! ¡Virgen Santísima,
perdónale! ¡Ay, Madre mía! ... ».
La vecina que refiere estas
exclamaciones no pudo entender bien otras frases porque
se lo impedía el llanto de su hija, pero añade que le
oyó la palabra «niños» mientras agonizaba.
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