Actualizado 19 mayo 2011
Hispania Martyr (3): Els Desamparats
250 mártires valencianos
La tercera parte del informe de Hispania Martyr habla de otros dos
mil mártires más que se hallan en diferentes situaciones jurídicas. Son
procesos que están en la llamada fase diocesana. También aquellos
otros procesos que han entregado en Roma las dos copias, el “Trasumptum” y la “Copia pública” y están
redactando la “Positio”. A lo largo
de los próximos artículos presentaremos dichas Causas.
Empezamos con la archidiócesis de
Valencia: se trata de la Causa del Siervo de Dios Miguel Payá Alonso de Medina y 249 compañeros, sacerdotes y
laicos. Fue introducida por el cardenal Agustín García-Gasco, recientemente fallecido.
La Causa fue abierta en
junio de 2004
En el
año 2008 la Santa Sede concedió la "prórroga de competencia" y
el "nihil obstat", para el proceso de beatificación de 250
mártires valencianos que perdieron la vida por su fe durante la persecución
religiosa, entre 1934 y 1939, en diferentes localidades españolas de la
arquidiócesis de Valencia.
Se
trata del grupo más numeroso de mártires valencianos al que se le abre un
proceso de canonización, y del segundo en orden cronológico, después del
integrado por 226 cristianos valencianos que fueron ya beatificados por
el Beato Juan Pablo II el 11 de marzo de 2001, en la plaza de San Pedro, en el
Vaticano.
La
causa es encabezada por el que fuera vicario general de la arquidiócesis y deán
de la Catedral de Valencia, Miguel Payá Alonso de
Medina, al que se suman 249 compañeros mártires (183 sacerdotes, 6
religiosos, 4 religiosas y 57 laicos).
http://newsaints.faithweb.com/martyrs/MSPC54.htm
El monaguillo valenciano
Antonio Ferrer Rodrigo es el mártir más
joven de este nuevo grupo. Antonio fue torturado y fusilado por recriminar
la actitud de unos milicianos que saqueaban la iglesia de su pueblo, en la que
ayudaba al párroco. El jovencito había logrado esconder en su casa algunos objetos
de culto para salvarlos de la profanación, entre otros, un cáliz y una cruz
procesional, pero al ver cómo los asaltantes encendían una hoguera y arrojaban
a ella una imagen del Sagrado Corazón, “no pudo contenerse y comenzó a
recriminar a los milicianos”. Horas después fue detenido, junto con su
padre, que no quiso abandonarlo, y ambos fueron fusilados el 2 de diciembre de
1936.
Una de
las historias más dramáticas de este grupo de mártires es la de
Hortensia Serra Poveda, asesinada a los 29 años de edad, cuando estaba embarazada de
nueve meses del que iba a ser su primer hijo y pidió que la mataran después de
dar a luz para poder bautizarlo, solicitud que le fue denegada.
De los
179 sacerdotes incluidos en la causa, 12 eran mayores de 70 años cuando fueron
asesinados, mientras que el más joven, José Vicente Chulilla, tenía sólo 25.
Todos fueron martirizados en 1936 a excepción de Juan Puertes
Ramón, que fue asesinado en 1934, cuando era vicario general de la diócesis de
Oviedo en octubre de 1934.
Entre
los 57 laicos mártires, la de mayor edad era una anciana de 80, Julia Mateu Ferrer. Entre el grupo de laicos mártires hay también
ocho amas de casa valencianas.
Una foto sobrecogedora de La
Mare de Déu dels Desamparats
Ayer, 19 de mayo, como nos informa la página web de la Archidiócesis
de Valencia, tuvo lugar el ya tradicionalbesamano a
la patrona de Valencia. Durante 17 horas de paso ininterrumpido más de 27.000
personas besaban la mano de la imagen peregrina de la Mare de Déu dels Desamparats,
copia de la talla original.
El tomo
V de “Historia de la Cruzada española” recoge una foto
impresionante del martirio que sufrió la imagen venerada por los valencianos.
En la página 498, a pie de foto, puede leerse “Nuestra Señora de los
Desamparados, Patrona de Valencia; mutilada”.
El 21
de julio de 1936, era alcalde de Valencia, José Cano Coloma, joven
abogado, de Izquierda Republicana. Él es el principal protagonista de la
salvación de la Virgen de los Desamparados. Por Radio Valencia, Cano emite un
discurso llamando a la cordura y haciéndoles ver “que ésa sería una
vergüenza que pesaría toda la vida sobre Valencia”. Así pues, la talla se
salvó gracias a la decidida y rápida intervención del alcalde que ordenó a una
compañía montada de la Guardia Civil, mandada por el capitán de filiación
anarquista Manuel Uribarry, desalojara del templo a
quienes lo habían asaltado con ánimo de destruirlo. Esto facilitó que los
Bomberos de Valencia, ayudados por algunos paisanos, salvaran la imagen, que,
no obstante, resultó dañada en su rostro, al estalla por efectos del calor y
algunos tiros su carilla de porcelana.
El Siervo de Dios Julio Cabanes Andrés
Según se sabe, uno de los milicianos empeñados en localizar la
imagen para destruirla, detuvo al prior de la Real Cofradía de la Virgen y canónigo
de la Catedral, Julio Cabanes, al que
sometieron a torturas para que dijera dónde había sido ocultada la histórica
talla mariana. No consiguieron arrancarle ningún dato, guardó silencio, y lo
asesinaron en la madrugada del 9 de diciembre de 1936. También él, con su silencio
y sacrificio, hizo posible que se salvara la venerada y preciada imagen de la
Mare de Déu dels Desamparats. Su nombre está en la lista de los 250 mártires
valencianos del proceso abierto en 2004.
Carlos Saénz de Tejada en la página 495 del tomo V de “Historia
de la Cruzada española” hace esta recreación de lo sucedido, con el
siguiente comentario: “Uno de los asaltantes golpea la imagen con un
candelabro y otro dispara tres tiros contra el divino rostro, deteriorando su
mejilla derecha”.
La ejemplaridad de la
Archidiócesis de Valencia
La
Archidiócesis de Valencia ha sido ejemplar desde el primer día en el tema de
los procesos abiertos para la posible canonización de los mártires de la
persecución religiosa.
Durante
la persecución religiosa republicana la Archidiócesis de Valencia pagó uno de
los mayores tributos de sangre:
· 361 sacerdotes
· 373 hombres y mujeres de
Acción Católica
· 93 mujeres de Acción
Católica
· Varios centenares de
religiosos de diversos institutos masculinos y femeninos.
Impulsados
por los arzobispos Marcelino Olaechea (1946-1966) y el Siervo de Dios José María
García Lahiguera (1969-1978); como por los sacerdotes
encargados de las diferentes Causas; así como por el presbiterio diocesano y el
Foro de Laicos, lo mismo que por las respectivas órdenes y congregaciones
religiosas, Valencia dedicó todas sus energías para que muchos de los procesos
concluyeran con la gran beatificación del 11 de marzo de 2001 y ahora mantiene
el esfuerzo con este nuevo proceso de 2004.
El
testimonio de sus mártires (especialmente los ya reconocidos por la Iglesia) ha
sido utilizado como instrumento de evangelización, especialmente en los campos
de la catequesis, de la pastoral juvenil y de la promoción vocacional.