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''El triunfo de la fe''
MADRID,
martes 6 noviembre 2012 (ZENIT.org).-
Ofrecemos el santo del día por nuestra
colaboradora Isabel Orellana Vilches.
Esta vez ha elegido como vida ejemplar
la de un joven cubano, mártir de la fe
en España.
*****
Por Isabel Orellana Vilches
La divina providencia quiso que este
joven cubano viniese a derramar su
sangre en defensa de la fe en Cristo en
España, la tierra de sus antepasados. No
es tan mundialmente conocido como otros
mártires, pero forma parte por derecho
propio de quienes supieron hacer frente
con toda valentía a ese postrer instante
que se cernía sobre ellos, y
generosamente dieron su vida dejando
tras de sí un admirable legado de amor.
Su humilde familia a primeros del siglo
XX un día dejó la noble tierra gallega
para ganarse el sustento, como hicieron
tantos compatriotas. En su equipaje
portaban la fe heredada de sus padres
como un preciado tesoro que habrían de
transmitir a su numerosa prole. José
nació en Jatibonico el 2 de febrero de
1912 y regresó junto a sus progenitores
a España en los primeros cinco años de
su vida. Era un niño normal que cursaba
estudios en calidad de interno con los
benedictinos de Santa María de San
Clodio sito en Leiro (Orense) dando así
sus primeros pasos hacia la vida
religiosa. A buen seguro que sus padres
habrían puesto grandes esperanzas en él.
Finalizados sus estudios, se integró con
los PP. Agustinos de Leganés (Madrid).
Profesó con ellos, y prosiguió su
formación.
Su futuro apostólico como Vicario
Apostólico de Hai Phòng, en Vietnam,
estaba ya decidido un año antes de
convertirse en sacerdote, momento que
aguardaba gozoso. Sus superiores habían
vislumbrado en él las cualidades y
virtudes que ya iban configurándole como
un gran apóstol. Se le ha definido con
un «carácter bondadoso y tratable,
entusiasta y observante». No llegó a
partir. Sus sueños se truncaron
violentamente al ser apresado el 6 de
agosto de 1936 junto a sus hermanos
religiosos en medio de la fratricida
contienda española.
El antiguo colegio madrileño de San
Antón, que había sido propiedad de los
PP. Escolapios donde tantos alumnos
fraguaron y compartieron su fe –entre
otros Fernando Rielo, Fundador de los
Misioneros y Misioneras Identes–,
convertido entonces en cárcel, fue el
escenario donde se desenvolvieron los
preámbulos de su particular calvario.
Cuando llegaron a buen puerto las
gestiones realizadas por sus atribulados
familiares ante las autoridades cubanas,
en un gesto de valentía y coherencia
José declinó la oferta de su liberación.
Y su temple apostólico lleno de caridad
se puso de manifiesto en su
inquebrantable voluntad de dar hasta el
final los mismos pasos de sus hermanos
en religión: «¡Prefiero seguir la suerte
de todos, y sea lo que Dios quiera!»,
determinó con rotundidad dispuesto a
cumplir la voluntad divina. Los rostros
de sus superiores y formadores le
contemplaban conmovidos. Y con ellos
compartió numerosos sufrimientos en
cerca de cuatro meses marcados por las
privaciones y angustia, hasta que
entregó su alma a Dios en Paracuellos
del Jarama (Madrid). Fue ajusticiado el
30 de noviembre de 1936, junto a otros
50 religiosos agustinos, exclamando:
«¡Viva Cristo Rey!» al tiempo que
renovaba el supremo acto de perdón
aprendido del Maestro hacia quienes le
privaban de su vida pero le abrían las
puertas del cielo. Fue beatificado el 28
de octubre de 2007.
Luis Suárez, académico de la Historia |
«Cuando se ha pasado a la no
confesionalidad, España se está deshaciendo»
|
El catedrático de
Historia recuerda que el número de mártires
en la Guerra Civil supera a cualquier época,
incluido el Imperio Romano.
Actualizado 3
septiembre
2012 |
Este
lunes el periodista e historiador
Santiago Mata
entrevista en el diario La Gaceta
a Luis Suárez,
catedrático de Historia Medieval
y académico de la Historia, en torno
a su última obra,
Lo que España debe a la Iglesia
católica.
"España está tan absolutamente unida al
catolicismo que le ha dado su forma de
ser, que cuando se ha pasado a
la no confesionalidad, España se está
deshaciendo. Es el gran
problema de nuestros días", afirma
Suárez.
Esa unión nace en el año 589, en
el III Concilio de Toledo, y
crea ya una noción de libertad
específicamente española, que se refleja
en la Lex Romana Visigotorum,
que establece que el hombre "no es
simplemente individuo, sino persona
dotada de derechos naturales, lo que la
Escuela de Salamanca
llamará Derecho de gentes".
España fue también el primer
país que por influjo dela Iglesia abolió
la servidumbre, en 1035, y
luego, reinando Isabel la
Católica, también "cualquier
reliquia de servidumbre".
Asimismo, "España crea la noción de que
la ciencia debe ser explicación de la
naturaleza y no simple técnica para el
aprovechamiento de la misma", y "con
San Isidoro nacen las escuelas que
Carlomagno copia y convierte en
signo de europeidad, y que más tarde
serán las universidades".
Dentro de ese repaso a la imbricación
entre España y la Iglesia merece una
atención aparte el ejemplo martirial de
la Guerra Civil: "Se dio en una dosis
muy superior a cualquier época,
superando en número a los del Imperio
Romano. Eso no debe crear
resentimiento ni odio, sino enorme
gratitud de un país a esa herencia",
concluye.
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La
Conferencia Episcopal Española ha
anunciado beatificación colectiva de más de 200 mártires
españoles del siglo XX en octubre de 2013. Aunque el número
exacto está todavía sin determinar, parece que "no serán
menos de 300", ha dicho el portavoz de la Conferencia
Episcopal.
Así lo ha indicado durante la presentación del
Plan Pastoral de la CEE, válido hasta 2015, que
lleva por título 'La Nueva Evangelización desde la Palabra
de Dios. Por tu palabra echaré las redes', en el que se
apunta que, los mártires del siglo XX en España son "un
estímulo muy valioso para una profesión de fe íntegra y
valerosa".

El papa Benedicto XVI aprobó hoy la beatificación de
21 religiosos y un laico españoles asesinados
durante la Guerra Civil (1936-39), informó el
Vaticano.
Benedicto XVI aprobó el decreto que
reconoce sus martirios, que abre el paso a su
elevación a la gloria de los altares.
Se trata de Raimundo Castaño González
y José María González Solís, sacerdotes de la Orden
de los Hermanos Predicadores, asesinados en Bilbao
el 2 de octubre de 1936.
Los otros son Jaime Puig Mirosa y 18
compañeros de la Orden de los Hijos de la Sagrada
Familia de Jesús, María y José, y el laico Sebastián
Llorens Telarroja asesinados en varias localidades
españolas entre 1936 y 1937.
Los 22 fueron asesinados, según el
decreto aprobado por el papa, "por odio a la fe
durante las persecuciones religiosas en España".
Las beatificaciones de los 22
"mártires del siglo XX", como llama la Iglesia
española a los religiosos asesinados durante la II
República española y la Guerra Civil, se anunciarán
en fechas próximas.
Según datos de la Iglesia española,
los mártires de los años 1934 y 1936-39 pueden ser
unos diez mil. Ya han sido beatificados más de un
millar y proclamados santos once.
Las
reliquias de seis sacerdotes mártires mejicanos veneradas en EE.UU.
30
de abril 2012 | Publicado por: Daniel Hamiche (Riposte Catholique)
A
iniciativa de los Caballeros de Colón, las reliquias de seis
sacerdotes mexicanos, miembros de los capítulos de esta asociación
en su país, y que fueron canonizados por el beato Juan Pablo II en
2000, comenzó el pasado fin de semana una piadosa "peregrinación"
en Estados Unidos.
Los
seis sacerdotes, los Padres Pedro de Jesús Maldonado Lucero, Miguel
de la Mora de la Mora, José María Robles Hurtado, Luis Batiz Sainz,
Rodrigo Aguilar Alemán, y Mateo Correa Magallanes, fueron
martirizados en odio a la fe durante la cruel persecución del
Gobierno ateo y masón de México contra la Iglesia Católica, como
narra la película PARA
MAYOR GLORIA que
se proyectará en los EE.UU el próximo1 de junio.
Las
reliquias fueron expuestas a la veneración de los fieles en la
Co-Catedral del Sagrado Corazón de Houston (Texas) del 27 al 29 de
abril. Después, estas reliquias visitarán las ciudades de Phoenix y
Tucson (Arizona), luego Los Ángeles y San Antonio (California).
Carl
Anderson, Caballero Supremo de la Pía Asociación de los Caballeros
de Colón, ha situado este evento en el contexto de los actuales
ataques a la libertad religiosa en los Estados Unidos: "Durante
muchos años, este período de la historia ha sido casi ignorado a
ambos lados de la frontera. Este año, con la salida conjunta de una
gran película y de un libro sobre este tema, la historia de la
batalla por la libertad religiosa en México, va a ser expuesta con
verdad. Esperamos que la peregrinación de las reliquias nos
recuerden los sacrificios que se hicieron por la libertad religiosa
en nuestro continente hace menos de cien años. Es un oportuno
recordatorio de que, desde la antigua Roma hasta nuestros días, a
través de México en la década de 1920, la persecución no ahoga la
fe, sino que la enardece.
"
El
museo de los Caballeros de Colón, la mayor asociación de laicos
católicos en el mundo, dedica una sala a estos sacerdotes mártires
mexicanos.
Martínez Camino habla de los mártires en la conclusión de la
Asamblea Plenaria de la XLIX CEE
Historias estremecedoras
Otro tema que el obispo quiso destacar fue la próxima beatificación
en octubre de 2013 de numerosos mártires españoles, víctimas de las
persecuciones de los años 30, aunque la cifra exacta aún no se ha
establecido. «Es un momento para una buena película sobre estos
mártires de la fe. Tendría éxito, porque son historias de cine»,
aseguró. «Está el caso del padre Huguet, de Menorca, que sólo
llevaba 3 meses como cura. O el diácono Juan Duarte. O los
seminaristas claretianos de Barbastro. O su obispo. O el obispo
auxiliar de Tarragona. Son historias estremecedoras y luminosas.
Quien pueda, que se anime y ruede la película», propuso el obispo
jesuita.
Cardenal Rouco en discurso inaugural de la XCIX Asamblea de la CEE,
nuestros mártires
En el contexto del mencionado
Año de la Fe, el Plan Pastoral recuerda, con palabras del Papa
Benedicto XVI, que “por la fe, los mártires entregaron su
vida como testimonio de la verdad del Evangelio, que los
había transformado y hecho capaces de llegar hasta el mayor don del
amor con el perdón de sus perseguidores”. La Iglesia que peregrina
en España ha sido agraciada con un gran número de estos testigos
privilegiados del Señor y en particular se destaca en el texto del
Plan Pastoral a los mártires del siglo XX que son grandes
intercesores y “un estímulo muy valioso para una profesión de fe
íntegra y valerosa”. Unos mil de ellos ya han sido canonizados o
beatificados y otro buen número será beatificado próximamente. En
concreto, el Plan recoge como otra de sus acciones la preparación y
celebración, en Octubre de 2013, de una ceremonia de beatificación
de mártires del siglo XX en España. El lugar en el que se realizará
se decidirá oportunamente.
El alma
de España - Javier Paredes - La Razón.es - 02.04.2012E
spaña
no se puede entender sin el cristianismo, y hace 2000 años que San
Pablo nos predicó a Cristo, y a Cristo Crucificado. Por lo tanto,
España sin la Cruz no tiene sentido.
Y tengo para mí que la raíz profunda de la crisis que padecemos no
es otra que habernos alejado de la Cruz de Cristo. Frente a una
estrategia del triunfo a toda costa, que derrumba todo principio
moral y hunde a los hombres en el pecado, vienen a mi memoria las
palabras de San Josemaría Escrivá de Balaguer: «El cristiano es sal
y luz del mundo, no porque venza o triunfe, sino porque da
testimonio del amor de Dios».
A lo largo de los siglos, los españoles han seguido la Cruz de
Cristo de muchas formas. Este año, por ejemplo, se cumplen los 800
años de la batalla de las Navas de Tolosa, en la que nuestros
antepasados lucharon por la libertad de la Cruz frente a la sumisión
islámica.
Más tarde florecieron en España los místicos del Siglo de Oro,
algunos de los cuales han sido declarados doctores de la Iglesia.
Pero la gran aportación de España al santoral católico son los
mártires, que por millares dieron su vida en testimonio de la fe
durante la persecución comunista del siglo XX.
Todos ellos nos pueden servir de ejemplo para no entregar la vida a
cambio de triunfos pasajeros y efímeros. Ni el éxito, ni el dinero,
ni el placer y ni siquiera el poder tienen suficiente valor de
cambio, no digo para entregarles a estos señuelos una gota de
nuestra sangre, sino que, como cristianos que somos, estos falsos
espejuelos no se merecen ni una gota de sudor.
Esta Semana Santa, en la que tradicionalmente los pasos
procesionales del Señor y de su madre, María Santísima, llenan de
fervor religioso las calles de nuestras ciudades, es una oportunidad
inmejorable para revitalizar nuestro compromiso cristiano.
Javier Paredes
Catedrático y autor de «La primera Semana Santa de la Historia»
Amar hasta el final
Por José Antonio Varela Vidal
ROMA,
jueves 29 marzo 2011 (ZENIT.org).-
Como eco de la conmemoración por la Jornada de los misioneros mártires
del 24 de marzo, la RAI (televisión pública italiana), TV2000
(televisora del episcopado italiano) y el Municipio de Roma se unieron
este lunes en una transmisión sin precedentes, con el fin de recordar a
un grupo de católicos que murieron por su fe en Jesucristo y el servicio
a la Iglesia.
Uno de los objetivos de la Jornada era “evitar que su
testimonio quede en las catacumbas”, como dijo a ZENIT el obispo de
Terni, monseñor Vicenzo Paglia.
Fue así que en un escenario lleno --el famoso teatro
Argentina de Roma--, nos confundimos en medio de cientos de religiosos y
laicos provenientes de varios continentes de misión, con quienes
disfrutamos de un moderno espectáculo elaborado con videos exclusivos,
declamaciones, relatos y testimonios de quienes habían conocido o
convivido con los nuevos mártires. Era para ellos --y también para
nosotros que ejercemos esta profesión riesgosa--, como ver en
prospectiva lo que le podría pasar a quien decida “ir donde nadie quiere
entrar y quedarse donde todos quieren salir”, que son los territorios de
persecución y hostigamiento para los cristianos.
Y de esto siguen dando testimonio los cientos de
cristianos y católicos asesinados en los últimos años, a los que se
deben sumar los 26 registrados por la Iglesia en 2011.
Es así que el homenaje a estos “cascos azules” de la fe
como allí se les llamó, se centró en los presbíteros Fausto Tenorio
(Filipinas 2011), Rageed Ganni (Irak 2007), Andrea Santoro (Turquía
2006), Raffaele Di Bari (Uganda 2000); en las religiosas Dorothy Stang
(Brasil 2005) y Gina Simionato (Burundi 2000), y en la voluntaria
Annalena Toneli (Somalia 2003); así como en los 19 laicos crucificados
en Sudán del Sur (2009), en el ministro pakistaní Shahbaz Bhatti (2011)
y en el arzobispo Oscar Romero (1980).
Monseñor Vicenzo Paglia, quien es relator de la causa del
exarzobispo salvadoreño (llevaba puesta la cruz pectoral de Romero), fue
uno de los que dieron su testimonio junto a la hermana del padre Santoro
y otros invitados. Todos compartieron la vivencia de lo que significa
haber conocido y convivido con un mártir, aún en los momentos en que
eran conscientes de su inminente muerte, la cual nunca evadieron según
lo allí narrado.
En el breve diálogo sostenido con ZENIT, el obispo Paglia
recordó que las persecuciones siguen en el mundo, algunas de las cuales
terminan con la muerte de los católicos como sucede en Egipto, Nigeria,
India, Pakistán, América Latina, entre otros lugares, donde ya el hecho
de una falta de libertad para expresar la fe es un tipo de martirio. Y
advirtió también que hay otras persecuciones más sutiles “y
psicológicas” en algunos países occidentales...
Mons. López Llorente presidirá una celebración de reconocimiento
de los testigos
de la fe en Onda
Escrito por Ecclesia Digital - viernes, 23 de marzo de 2012
REDACCIÓN. Onda.
El
Obispo, Mons. Casimiro López Llorente, presidirá el domingo próximo una
eucaristía de reconocimiento de los mártires de la persecución religiosa del
siglo XX en España, cuyos restos se encuentran en la parroquia de la
Asunción de Onda. Este acto tiene como único objetivo recordar el testimonio
de fe de estos fieles que, en palabras de Juan Pablo II durante la homilía
de beatificación de 233 testigos de la fe españoles en 2001, son “la prueba
más elocuente de la verdad de la fe, que sabe dar un rostro humano incluso a
la muerte más violenta y manifiesta su belleza aun en medio de atroces
padecimientos”.
En aquella ocasión,
el beato Juan Pablo II mantenía que “es preciso que las Iglesias
particulares hagan todo lo posible por no perder el recuerdo de quienes han
sufrido el martirio”. Diez años después y a las puertas de un Año dedicado a
la Fe por iniciativa de su sucesor, Benedicto XVI, se vuelve a pedir que las
Iglesias diocesanas hagan memoria de su historia y de sus santos y testigos
de la fe.
Para la Iglesia
católica, los mártires son personas que han entregado su vida “como
testimonio de la verdad del Evangelio, que los había trasformado y hecho
capaces de llegar hasta el mayor don del amor con el perdón de sus
perseguidores”, según los describe Benedicto XVI en su carta apostólica para
convocar el Año de la Fe, Porta Fidei (octubre de 2011).
Juan Pablo II
enumeró en la homilía citada las características de los mártires católicos:
“Eran hombres y mujeres de todas las edades y condiciones: sacerdotes
diocesanos, religiosos, religiosas, padres y madres de familia, jóvenes
laicos. Fueron asesinados por ser cristianos, por su fe en Cristo, por ser
miembros activos de la Iglesia. Todos ellos, según consta en los procesos
canónicos para su declaración como mártires, antes de morir perdonaron de
corazón a sus verdugos.” “No estuvieron implicados en luchas políticas o
ideológicas, ni quisieron entrar en ellas”.
Por todo ello, el fruto del
recuerdo de los mártires nunca es de confrontación. Durante la beatificación
de 2001, Juan Pablo II exhortaba a que “su recuerdo bendito aleje para
siempre del suelo español cualquier forma de violencia, odio y
resentimiento”.
Mártires
contemporáneos
El siglo XX ha sido el periodo
en que más hombres y mujeres cristianos han sido asesinados por motivos
religiosos. Al final de cada año, la Santa Sede hace públicos los nombres de
los mártires contemporáneos, las personas que han perdido la vida al
servicio del Evangelio durante los últimos doce meses. Algunos son muy
conocidos, como el obispo de Mosul, secuestrado y asesinado en febrero del
2008, mientras que otros son desconocidos para la gran parte del público.
Precisamente, el
representante de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en
Europa (OSCE), Massimo Introvigne, propuso hace un año al Consejo de Europa
la creación de una jornada europea de los mártires cristianos para recordar
a todos los que en nuestro tiempo han sido asesinados por el odio a la
Iglesia y con el fin de luchar contra la intolerancia y la discriminación.
Introvigne propuso
la fecha del 7 de mayo, en recuerdo del gran evento ecuménico que Juan Pablo
II organizó en el Coliseo ese mismo día del 2000, con ocho “estaciones” que
recordaban a los principales grupos de mártires cristianos de nuestro
tiempo: las víctimas del totalitarismo soviético, del comunismo en otros
países, del nazismo, del ultra-fundamentalismo islámico, de los
nacionalismos religiosos violentos en Asia, del odio tribal y anti-misionero,
del laicismo agresivo y del crimen organizado.
El film 'Cristíada'
presentado en Roma, poco antes del viaje del papa a México
Productor: Reconoce a los mártires que lucharon por la fe y
libertad religiosa
Por H. Sergio Mora
ROMA,
miércoles 21 marzo 2012 (ZENIT.org).-
Cuatro días antes de que el papa inicie su viaje apostólico a Cuba y
México fue presentado este miércoles en Roma el film mexicano
Cristíada, que narra los terribles eventos de la guerra civil
mexicana (1929–1929), conocida como cristera y cuyos personajes son
varios de los beatificados por Benedicto XVI y canonizados por Juan
Pablo II.
En un auditorio del instituto Patrístico Agustinianum –situado al lado
de las columnas del Bernini de Plaza San Pedro– los invitados,
mayoritariamente periodistas o relacionados con el mundo de la
comunicación y el espectáculo, pudieron apreciar el preestreno del
colosal mexicano, en el evento organizado por la agencia H2o y
presentado por el mexicano Pablo José Barroso, productor del film y por
Jesús Colina actual director de Aleteia.org.
El productor del film señaló a los presentes: “Este domingo el santo
padre celebrará la misa en las faldas del cerro Cubilete, donde está la
imagen de Cristo Rey, centro geográfico y espiritual de México”. Lo que
significa, añadió, “un reconocimiento a todos nuestros mártires que
lucharon por la fe y libertad de religión”.
El productor recordó que, entre los personajes del film, uno de los
protagonistas principales es un niño, “el beato José Sánchez del Río,
que fue martirizado cuando tenía 14 años y beatificado por Benedicto XVI,
junto con Anacleto González Flores, Miguel Gómez Loza y los hermanos
Vargas”.
“Ustedes los verán en esta película –indicó– y conocerán su historia,
como la de Cristóbal Magallanes, interpretado por Peter O'Toole, y la
del padre José María Robles, canonizados por Juan Pablo II”.
En el cerro del Cubilete, donde hace 90 años, el delegado apostólico,
Ernesto Filippi fue a consagrar la primera piedra del monumento a Cristo
Rey, lo que le valió la deportación, “ahí mismo el papa a va a celebrar
la santa misa con más de cuatrocientas mil personas.
“Con Cristíada queremos que el mundo sepa y nunca olvide a las personas
que murieron por Jesús su fe y por defender su libertad de religión.
Siempre con las palabras ¡Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe!” Y
concluyó pidiendo “el apoyo de ustedes y de todas las personas que creen
en la libertad para que nos mantengan en los cines”.
El filme será presentado en los cines de México el 20 de abril, en
Estados Unidos el 1 de junio, y en septiembre en España. Es la
producción mexicana más reciente, realizada por técnicos y talentos del
país azteca que puede competir con las mejores en el medio mundial. Lo
interpretan actores de fama mundial como Andy García, Peter O’Toole. El
film es dirigido por Dean Wright, cuyos efectos especiales fueron
famosos en películas como Titanic, El Señor de los Anillos
y Crónicas de Narnia, y fue escrito por Michael Love, basándose
en eventos históricos y rodada en inglés”.
“Fue más que una coincidencia una Dioscidencia”, le indicó Barroso a
ZENIT. “Esta película la planeamos hace tres años. Quién iba a pensar
que el papa iba a México y más aún al Cubilete y menos hacer una misa
ahí. Todo esto viene del Cielo”.
Nosotros de la Dos Corazones Films, hemos hecho otras tres
películas y vemos que a la gente le interesan las historias con valores
positivos. Primero hicimos una sobre la historia de la Virgen de
Guadalupe, después una sobre La leyenda del sol y también
El gran milagro, que estuvo en México primero en taquilla por cinco
semanas. Yo no quería hacer más películas pero cuando Dios quiere que
algo se dé, es más insistente que nadie y se dio. Él mismo nos inspiró y
guió, se encontraron actores muy buenos que nos han funcionado y el
resultado lo podemos ver y superaron mis expectativas”.
"Los cristeros son importantes para México y para todo el continente,
personas que se entregaron por sus creencias y gracias a ellos logramos
tener la libertad de religión que hoy tenemos y un viaje de un papa a
México".
El filme, basándose en hechos reales de la guerra cristera, inicia con
la prohibición de culto del presidente Plutarco Calles. Una petición de
un millón de firmas presentadas en protesta, es rechazada por el
gobierno y parten una serie de intimidaciones, como sacerdotes
fusilados, misas interrumpidas y un crescendo de violencia lleva a gente
simple de poblaciones rurales a empuñar las armas. Los católicos se
dividen sobre la oportunidad, tantos se unen, otros no apoyan y muchos
no participan pero ayudan a los cristeros con armas y apoyo logístico.
Parte también un boicot económico popular evitando cualquier consumo.
El filme, que cuenta una guerra de tres años a través de una serie de
personajes y rica en efectos especiales, recuerda que no faltaron
brutalidades como la quema de 51 personas en un tren debido a un ataque
cristero. Los levantados reciben la ayuda de un general, Enrique
Gorostieta, se disciplinan y el levantamiento toma cuerpo. Ponen en
seria dificultad al gobierno de Calles si bien no aceptan la mediación
de Roma para poner fin al conflicto.
El filme es rico en detalles importantes que muestran la transformación
interior de los personajes, partiendo del general Gorostieta que acepta
comandar en defensa de la libertad religiosa, aunque no cree en la
Iglesia, pero el sucederse de los hechos preparan a su conversión. En
ella es determinante el papel del niño José, uno de los principales
personajes, que es asesinado después de ser torturado, por no renegar y
proclamar viva Cristo Rey. El trailer es posible verlo en:
http://www.cristiadafilm.com.
Empeora la
situación de nuestros hermanos en China
CHINA – VATICANO: Campaña de persecución contra la
Iglesia clandestina en la Mongolia Interior.
Después
de una serie de detenciones de sacerdotes, los 30.000 fieles no pueden ir a
la iglesia. Han cerrado el seminario y obligado a los seminaristas a irse a
casa. La policía obliga a los sacerdotes a asistir a concelebraciones con el
obispo oficial, en una situación ambigua. La ofensiva contra la Iglesia es
también parte del operativo de seguridad ante la Asamblea Nacional del Poder
Popular para bloquear cualquier posible malestar social.
Pekín (AsiaNews) - La policía china ha lanzado una dura
campaña de persecución contra las comunidades católicas clandestinas de
Mongolia Interior. En pocas semanas, varios sacerdotes han sido arrestados,
otros han tenido que esconderse para evitar ser capturados, decenas de
comunidades en todo el territorio no tienen la posibilidad de participar en
los sacramentos, y muchos sacerdotes se ven obligados a someterse a sesiones
de lavado de cerebro sobre la política religiosa, mientras que el seminario
ha sido cerrado. Según fuentes de AsiaNews en la región, la escalada se debe
a la situación política general, en un intento por garantizar la seguridad
ante la primera reunión importante de la Asamblea Nacional del 5 de marzo,
durante la cual se ha decidido la sucesión de Hu Jintao y Wen Jiabao,
presidente y primer ministro respectivamente. Pero también hay conflictos
dentro de la comunidad, debidos a la ambigüedad del obispo oficial, Mons.
Pablo Meng Qinglu, aprobado por la Santa Sede, pero vicepresidente de la
Asamblea Patriótica, una organización considerada "incompatible con la
doctrina católica".
La comunidad católica clandestina de la Diócesis de Suiyuán (Mongolia
Interior) cuenta cerca de 30.000 fieles con 35 sacerdotes y 90 monjas.
Durante mucho tiempo, casi 20 años, la comunidad floreció gracias al
desinterés general de las autoridades que no pusieron ningún obstáculo,
siempre y cuando los fieles se reunieran discretamente en casas particulares
o edificios pequeños.
El 30 de enero, seis sacerdotes fueron arrestados en una manifestación.
Entre ellos, el rector del seminario clandestino, el Padre. José Ban
Zhanxiong, cuyo seminario fue cerrado el 14 de febrero. Todos los
estudiantes se vieron obligados a regresar a casa.
El 31 de enero, el Administrador diocesano, P. Gao Jiangping, fue detenido
junto con otro sacerdote.
Los cerca de 30 sacerdotes que permanecieron libres han pasado a la
clandestinidad para evitar ser encarcelados. Desde el pasado domingo 19 de
febrero, los fieles no participan en celebración alguna para evitar que los
sacerdotes se vean obligados a abandonar su escondite, dada la gran
presencia de fuerzas de seguridad.
Mientras tanto, cuatro de los sacerdotes detenidos el 30 de enero fueron
liberados, pero se ven obligados todos los días a informar a la policía y se
someten a sesiones de adoctrinamiento sobre la política religiosa del
gobierno, similar al lavado de cerebro.
Además se ven obligados a concelebrar una misa en la presencia del obispo
oficial de Hohhot, Mons. Meng, y otros dos sacerdotes de la comunidad
oficial. Algunas fuentes han comunicado a AsiaNews que los dos sacerdotes
fueron obligados a concelebrar la misa en contra de su voluntad, "y estaban
presentes físicamente, pero no rezando, ni siquiera moviendo un dedo".
La
comunidad clandestina y la Diócesis de Suiyuán no existen según el gobierno
chino: por orden de las autoridades políticas, su territorio eclesiástico
fue absorbido por la diócesis de Hohhot en la década de 1980. La comunidad
oficial consiste en cerca de 2.000 fieles desde abril de 2010 y tiene un
obispo, Mons. Pablo Meng Qinglu, reconocido por el gobierno y la Santa Sede.
En su ordenación, Mons. Meng tenía la esperanza de una reconciliación con la
comunidad clandestina. Pero más tarde participó en una ordenación ilícita en
Chengde, y fue nombrado vicepresidente de la Comisión Nacional Patriótica.
Hasta el momento no está claro si después de todos estos gestos ha pedido
perdón para reconciliarse con la Santa Sede.
Dada la ambigüedad de su posición, muchos sacerdotes clandestinos prefieren
no unirse a la comunidad oficial y preguntan al Vaticano, que por un lado,
afirma que la Asociación Patriótica es "incompatible" con la doctrina
católica (porque quiere construir una Iglesia independiente de Roma),
mientras que por otra parte, la Santa Sede acepta el compromiso de que un
obispo vinculado al Papa participe, además, en una posición de gran
responsabilidad, en el mismo organismo.
Algunos sacerdotes de Mongolia Interior dicen que Monseñor. Meng es cada vez
más "político" y sigue las instrucciones de la Asociación Patriótica. Para
otros, sin embargo, es el gobierno el que quiere eliminar a la comunidad
clandestina para tener un mayor control sobre toda la situación.
La necesidad de un mayor control se deriva de dos hechos. A nivel
provincial, el año pasado en Mongolia Interior estallaron disturbios
conducidos por pastores en contra de la política minera del gobierno, que
contamina y destruye la tierra y los pastos. A nivel nacional, se ha
desplegado un control total para la reunión dela Asamblea Nacional que se ha
celebrado en Pekín a principios de marzo. En esta ocasión, la sucesión de Hu
Jintao y Wen Jiabao debe estar clara, con la entrega del bastón de mando a
Xi Jinping y Li Keqiang. Debido a esto, el régimen ha tomando medidas
enérgicas contra los disidentes, sofocando disturbios y acabando con la
resistencia en el Tíbet y Xinjiang. Y los que también pagan, son los
católicos (y protestantes) de Mongolia Interior.
por Wang Zhicheng
para Asianews
GN: La
periodista yemení Ayaan Iris, denuncia que los cristianos
están siendo perseguidos en todas las tierras del Islam
GN:
La guerra mundial contra los cristianos en el mundo musulmán
Ayaan Hirsi denuncia que a lo largo y ancho del
mundo musulmán los cristianos están siendo asesinados por su fe.
Ayaan Hirsi Ali es una valiente mujer somalí, con estatuto de refugiada
política en Holanda. Por su militancia y activismo cívico en defensa de la
mujer (contra la ablación femenina, por ejemplo) y muy especialmente por su
denuncia de lo que significa el ISLAM, ha sido perseguida y vive
permanentemente amenazada de muerte.
GN: Rachel Joy Scott, 17 años: Le apuntaron con una pistola y le
preguntaron si creía en Dios. «Tú sabes que creo», contestó
El cristiano es testigo del amor de Dios ante el mundo y su misma presencia,
interpela a todo aquel que utiliza su libertad para provecho propio, para un
injusto ensalzamiento personal o para un enfermizo regodeo con el Mal.
GN: Miles de cristianos en fuga del norte de Nigeria
Degenera cada vez más la situación en el norte de Nigeria de donde al menos
35.000 personas de religión cristiana, según cálculos oficiales, están
huyendo del grupo fundamentalista islámico Boko Haram
GN: Manifiesto fundacional de GenocidioCristiano.org
Faltos de fuerzas, los occidentales vagamos en un mundo que hemos convertido
en anodino y hueco, mientras los mártires se multiplican en medio de un
mundo que odia a Cristo por la exigencia y la radicalidad de su mensaje. Sin
embargo, es precisamente en Cristo, donde todo hombre y toda comunidad
pueden encontrar el mensaje que permita a la humanidad crear una
civilización capaz de comprender y respetar a todo ser humano, salvándola de
su egoísmo autodestructor y ofreciéndole la posibilidad real de desarrollar
todas sus capacidades físicas, intelectuales y espirituales.
www.Genocidiocristiano.org
Roy
Campbell, poeta sudafricano converso, ante el martirio en la persecución
religiosa en España de 1936
Roy Campbell en Toledo en 1935
”España salvó mi alma”
Vio la guerra como un enfrentamiento religioso entre la tradición
cristiana y la modernidad atea, no como una lucha política entre dos ideologías
modernas totalitarias
Entrevista a Joseph Pearce, autor de su biografía
MADRID, lunes 20 febrero 2012 (ZENIT.org).-
Se acaba de publicar en España la nueva biografía de Roy Campbell (1901-1957),
el poeta sudafricano vinculado en su juventud al Círculo de Bloomsbury de
Virginia Woolf y que durante la guerra civil española salvó de la destrucción
los manuscritos de San Juan de la Cruz, que le habían confiado los frailes
carmelitas de Toledo antes de ser martirizados.
Un año antes se había convertido en España al catolicismo, y por
eso pronunció una frase que ha dado título al libro: Roy Campbell. España salvó
mi alma, de la editorial Libros Libres. Es la nueva aportación de Pearce a la
historia de los escritores de habla inglesa conversos al catolicismo: Oscar
Wilde, G.K. Chesterton, J.R.R. Tolkien… Este último se inspiró en Campbell para
el personaje de Aragorn en El Señor de los Anillos (Viggo Mortensen en la
versión cinematográfica).
Aprovechando su paso por Madrid para presentar su nueva obra,
Joseph Pearce ha concedido una entrevista a ZENIT.
¿Cuáles eran las ideas de Roy Campbell
antes de su conversión?
-Joseph Pearce: Como sucede con la mayor parte de la gente
moderna, las creencias religiosas de Campbell eran confusas e incoherentes antes
de su conversión: una amalgama enfermiza de un débil cristianismo residual y una
idealización del “poder” nietzschiano y de la “adaptación” darwiniana.
Se admiró de que el catolicismo de España se integraba como parte
de la vida cotidiana
¿Por qué se hizo católico?
-Joseph Pearce: Por un lado, le había desilusionado mucho el
vacío de la modernidad, siendo su desilusión un eco de la que expresó T.S. Eliot
de forma tan evocadora en The Waste Land [La tierra baldía]. Por otro lado, la
relativa rectitud y santidad de vida de los campesinos de la Provenza, y luego
de España, donde el catolicismo se integraba como parte de la vida cotidiana, le
impactaron profundamente. El amor y la admiración de Campbell por España se
expresan poderosamente en s
u
poema Posada.
España ha salvado mi alma.
Su mujer y él veneraban la forma en que la vida cultural española
se entrelazaba con la vida espiritual de la Iglesia. Roy y Mary encontraron la
vida en España un bálsamo tan portentoso para el alma, que Campbell afirmó que
España había salvado su alma.
Y luego vio morir, asesinados, al sacerdote
que le había bautizado y a sus amigos carmelitas…
-Joseph Pearce: Como es evidente y comprensible, quedó
consternado y horrorizado al descubrir que el párroco que le había recibido en
la Iglesia en Altea, Alicante, así como los frailes carmelitas con quienes
habían intimado Mary y él en Toledo, habían sido asesinados a sangre fría por
milicianos comunistas al principio de la Guerra Civil española.
Vio la guerra como un enfrentamiento
religioso entre la tradición cristiana y la modernidad atea, no como una lucha
política entre dos ideologías modernas totalitarias
-Joseph Pearce: Es muy injusto que haya quien considere a
Campbell “fascista” por su oposición al terror comunista en España. Él vio la
guerra como un enfrentamiento religioso entre la tradición cristiana y la
modernidad atea, no como una lucha política entre dos ideologías modernas
totalitarias.
También su muerte tuvo que ver con España…
-Joseph Pearce: Le encantaban las manifestaciones externas y
comunitarias de la vida de fe en España. La prueba es que Mary y él viajaron
desde su hogar en Portugal hasta Sevilla para la Semana Santa de 1957. Volviendo
a casa de esa peregrinación se mató en un fatal accidente de tráfico.
¿Entendió su conversión el grupo de
Bloomsbury?
-Joseph Pearce: Campbell ya se había distanciado de ellos años
antes de su conversión, sobre todo por la forma en que ridiculizó su
materialismo lascivo y puritano en la sátira en verso The Georgiad [La Georgiada].
Sin embargo, no hay duda de que el Círculo de Bloomsbury recibió la noticia de
su conversión con desprecio, al igual que Virginia Woolf había rechazado
despectivamente a T. S. Eliot como si estuviese “muerto” cuando se enteró de su
conversión al anglo-catolicismo.
¿Se puede comparar a Campbell con
Chesterton, Tolkien u otros escritores conversos?
-Joseph Pearce: Roy Campbell es uno de los ilustrissimi entre los
escritores conversos al catolicismo que regalaron al siglo XX con sus vidas y
sus obras. Forma parte de esa red de inteligencia y de esa comunión en la gracia
que hizo del resurgir literario católico una fuerza tan poderosa en el siglo
pasado. Tolkien admiraba enormemente a Campbell, como se deduce de su
epistolario. Por Carmelo López-Arias
Se puede conseguir el libro en este enlace:
http://www.amazon.es/s/ref=nb_sb_noss?__mk_es_ES=%C5M%C5Z%D5%D1&url=search-alias%3Daps&field-keywords=Roy+Campbell.+Espa%F1a+salv%F3+mi+alma&x=0&y=0&tag=zenit058-21
El Papa pide a los nuevos cardenales que sirvan a la Iglesia con la fidelidad y
el valor de los mártires

foto
Radio Vaticana
VATICANO, 18 Feb. 12 / 08:36 am (ACI/EWTN
Noticias).- El
Papa Benedicto
XVI creó a 22 nuevos
cardenales para la Iglesia
Católica, entre quienes están un brasileño, un estadounidense, un
canadiense y dos españoles, y pidió a todos los fieles rezar por los nuevos
purpurados y por él, "para regir con humilde firmeza el timón de la Santa
Iglesia".
En la Basílica de San Pedro y ante los nuevos
cardenales, el
Papa presidió el rito de imposición de la birreta, la entrega de anillo
cardenalicio y la entrega del título que a partir de ahora tendrá cada uno
de los nuevos cardenales.
El Santo Padre hizo una profunda reflexión sobre las palabras
de Cristo a Pedro cuando le anuncia que será el primer Papa y que se leyeron
al iniciar el rito: "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi
Iglesia".
Benedicto XVI explicó que "las palabras que Jesús dirige a Pedro
resaltan claramente el carácter eclesial del acontecimiento de hoy. Los
nuevos cardenales, en efecto, mediante la asignación del título de una
iglesia de esta Ciudad o de una diócesis suburbicaria, son insertados con
todo derecho en la Iglesia de Roma, guiada por el Sucesor de Pedro, para
cooperar estrechamente con él en el gobierno de la Iglesia universal".
"En el cumplimiento de su peculiar servicio de ayuda al
ministerio petrino, los nuevos purpurados estarán llamados a considerar y
valorar los acontecimientos, los problemas y criterios pastorales que atañen
a la misión de toda la Iglesia" para lo cual tendrán de ejemplo la entrega
hasta el sacrificio extremo de Pedro, Príncipe de los
Apóstoles.
La imposición de la birreta roja, dijo el Papa, "ha de ser
entendida también con este mismo significado. A los nuevos cardenales se les
confía el servicio del amor: amor por Dios, amor por su Iglesia, amor por
los hermanos con una entrega absoluta e incondicionada, hasta derramar su
sangre si fuera preciso, como reza la fórmula de la imposición de la
birreta e indica el color rojo de las vestiduras".
"Además, se les pide que sirvan a la Iglesia con amor y
vigor, con la transparencia y sabiduría de los maestros, con la energía y
fortaleza de los pastores, con la fidelidad y el valor de los mártires. Se
trata de ser servidores eminentes de la Iglesia que tiene en Pedro el
fundamento visible de la unidad".
El Papa analizó luego el pasaje en el que Santiago y Juan le
piden a Jesús sentarse junto a Él. En el texto evangélico se ve que no
comprenden la lógica del servicio y de la entrega; ya que "el Hijo del
hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su
vida en rescate por la
multitud".
"Estas palabras iluminan con singular intensidad el
Consistorio
público de hoy. Resuenan en lo más profundo del alma y representan una
invitación y un llamamiento, un encargo y un impulso especialmente para
vosotros, queridos y venerados hermanos que estáis a punto de ser
incorporados al
Colegio cardenalicio".
Dirigiéndose a los nuevos cardenales, el Papa hizo votos para
que "el don total de sí ofrecido por Cristo sobre la
cruz sea para
vosotros principio, estímulo y fuerza, gracias a una fe que actúa en la
caridad. Que vuestra misión en la Iglesia y en el mundo sea siempre y
sólo ‘en Cristo’, que responda a su lógica y no a la del mundo, que esté
iluminada por la fe y animada por la caridad que llegan hasta nosotros por
la Cruz gloriosa del Señor".
"En el anillo que en unos instantes os entregaré, están
representados los santos Pedro y Pablo, con una estrella en el centro que
evoca a la Virgen. Llevando este anillo, estáis llamados cada día a
recordar el testimonio de Cristo hasta la muerte que los dos Apóstoles han
dado con su martirio aquí en Roma, fecundando con su sangre la Iglesia".
"Al mismo tiempo, el reclamo a la
Virgen María será
siempre para vosotros una invitación a seguir a aquella que fue firme en la
fe y humilde sierva del Señor". añadió.
El Papa pidió rezar por los nuevos cardenales, "para que en
ellos se refleje de modo vivo nuestro único Pastor y Maestro, el Señor
Jesús, fuente de toda sabiduría, que indica a todos el camino".
"Y pedid también por mí –concluyó– para que pueda ofrecer
siempre al Pueblo de Dios el testimonio de la doctrina segura y regir con
humilde firmeza el timón de la santa Iglesia".
Los nuevos cardenales creados hoy por el Papa son (del
Vaticano): Mons. Fernando Filoni, Prefecto de la
Congregación
para la Evangelización de los Pueblos; Mons. Joao Braz de Aviz,
Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las
Sociedades de Vida Apostólica; Mons. Manuel Monteiro de Castro,
Penitenciario Mayor de la
Santa Sede;
Mons. Giuseppe Bertello, Presidente de la Gobernación del Vaticano;
Mons. Domenico Calcagno, Presidente de la Administración del
Patrimonio de la Sede Apostólica.
Forman parte de este grupo también Mons. Giuseppe Versaldi,
Presidente de la Prefectura de Asuntos Económicos; Mons. Santos Abril y
Castello, Arcipreste de la Basílica Papal de Santa María la Mayor);
Mons. Edwin Frederik O'Brien, Gran Maestro de la Orden Ecuestre del
Santo Sepulcro de Jerusalén; Mons. Antonio Maria Vegliò, Presidente
del Pontificio Consejo de la Pastoral para Migrantes e Inmigrantes; y Mons.
Francesco Coccopalmerio, Presidente del Pontificio Consejo para los
Textos Legislativos.
Los demás cardenales son: Mons. Giuseppe Betori,
Arzobispo de Florencia (Italia), Mons. George Alencherry, Arzobispo
Mayor de los Sirios Malabares (India), Mons. Thomas Christopher Collins,
Arzobispo de Toronto (Canadá); Mons. Willem Jocoby Eijk, Arzobispo de
Utrecht (Países Bajos); Mons, John Tong Hon, Obispo de Hong Kong
(China); Mons. Rainer Maria Woelki, Arzobispo de Berlín (Alemania);
Mons. Timothy Michael Dolan, Arzobispo de Nueva York (Estados
Unidos); y Mons. Dominik Duka, Arzobispo de Praga (República Checa).
Además de estos 18 obispos, el Papa creó cuatro nuevos
cardenales mayores de 80 años, que por esta razón no podrán participar en el
siguiente cónclave.
Ellos son: Su Beatitud Lucian Muresan, Arzobispo Mayor
de Fagaras y Alba Iulia de los rumanos (Rumania); Mons. Julien Ries,
sacerdote de la diócesis de Namur y profesor emérito de historia de las
religiones en la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica); P. Prosper
Grech, O.S.A., docente emérito de varias universidades romanas y
consultor de la
Congregación para la Doctrina de la Fe; y P. Karl Becker, S.J.,
docente emérito de la Pontificia Universidad Gregoriana y también consultor
de la mencionada Congregación.
Cardenal electo de Nueva York: Nueva Evangelización requiere incluso
martirio
El
Arzobispo de Nueva York (Estados Unidos), Cardenal electo Timothy Dolan, afirmó
durante la jornada de preparación previa el
consistorio del sábado 18 de febrero, que la evangelización en estos
tiempos requiere de una
vida
misionera y difundir la fe con amor, alegría y "perdonen por traerlo a
colación, pero también sangre".
Mons. Dolan, uno de los nuevos
cardenales elegidos por el
Papa
Benedicto XVI, señaló durante su ponencia "El anuncio del Evangelio
hoy, entre 'missio ad gentes' y Nueva Evangelización" que los
cardenales usan sotanas de color rojo escarlata para simbolizar su
voluntad de derramar sangre como mártires por la fe, y hacen un compromiso en el
consistorio a morir como mártires si fuera necesario.
"(Los cardenales) no somos más que 'medios audiovisuales escarlata’ para todos
nuestros hermanos y hermanas también llamados a estar dispuestos a sufrir y
morir por Jesús".
Presidente de los obispos EEUU
Timothy Dolan,
el futuro cardenal que rompe moldes en el Vaticano
Ha sido la voz
más fuerte contra la polémica ley de Obama que obligaba a las
instituciones de la Iglesia a incluir anticonceptivos en sus seguros
médicos.
Actualizado 17
febrero 2012
Rome
Reports
Timothy
Dolan es el más popular de los 22 obispos que el Papa hará cardenales
este sábado. A su encuentro informal con la prensa se presentó como un
perfecto americano: con una gorra de beisbol y una taza.
Dice que ser
cardenal no es una promoción o un honor, sino una llamada a servir más a
la Iglesia.
"Este
nombramiento me ha dado humildad. No puedo dejar de pensar en él. Espero
no inflarme de orgullo tanto como mi tripa. Tengo que recordar que soy
un pecador y debo mejorar mi vida”.
Como
presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, ha sido la voz
más fuerte contra la polémica ley de Obama que obligaba a las
instituciones de la Iglesia a incluir anticonceptivos en sus seguros
médicos.
Ahora, después
de sus reclamaciones, Obama dice que las instituciones religiosas
estarán exentas. Sin embargo, las compañías de seguros tendrán la
obligación de ofrecer anticonceptivos. El arzobispo Dolan dice que la
lucha no ha terminado.
“No tiene en
cuenta ni la Constitución ni los derechos civiles americanos, ni
cuestiones filosóficas como qué derecho tiene una oficina del gobierno
federal a interferir en los asuntos internos de la Iglesia”, dice Dolan.
Timothy Dolan
tiene 62 años. Nació en St. Louis, Missouri, y fue ordenado sacerdote
cuando tenía 26 años. Tras ser arzobispo de Milwaukee entre 2002 y 2009,
fue nombrado arzobispo de Nueva York. La Iglesia es tan importante en su
vida, que la considera su esposa.
“Cuando era
pequeño sentí que Jesús me invitaba a ser sacerdote. Cuando más pensaba
y hablaba sobre ello, más convencido estaba”, declara el arzobispo y
cardenal.

El postulador de la causa explica las
circunstancias de su martirio
ROMA, domingo 12 febrero 2012 (ZENIT.org).-
La Iglesia ha reconocido recientemente, entre otros, el martirio de un
numeroso grupo de religiosos de las Escuelas Cristianas, lasalianos, que
será beatificados en fecha próxima. En esta entrevista, el postulador de la
causa, hermano Rodolfo Meoli, explica a ZENIT las circunstancias de la vida
y muerte de estos mártires.
El hermano Rodolfo Cósimo Meoli, postulador
general de los hermanos de las Escuelas Cristianas, desde 1995, se ocupa de
los siervos de Dios que serán los nuevos mártires españoles, gracias a los
decretos sobre el martirio promulgados por Benedicto XVI el 19 de diciembre
pasado.
En entrevista concedida a ZENIT, el postulador
explica algunos particulares importantes sobre los mártires en general y de
los españoles en particular.
El hermano Meoli explica que la Iglesia antes de
declarar que una persona es mártir, tiene que asegurarse que haya sido
asesinada por odio a la fe, incluso si muere en un segundo momento, pero a
causa de las heridas o maltratos sufridos.
Debe existir además el odium tiranni o
sea el odio por parte de los asesinos hacia la religión y contra quienes la
practican. Y que en los procesos canónicos que se instruyen por martirio no
se habla de virtud, sino solamente si la persona ha muerto por Jesús,
recibiendo con la muerte lo que se suele llamar “bautismo de sangre”. Para
ser declarado mártir no es necesario un milagro.
Los procesos se realizan siempre en las diócesis
donde ocurrió el martirio. El material recogido en los procesos diocesanos
una vez llegado a Roma, en la Congregación de la Causa de los Santos, es
elaborado por el postulador y sucesivamente examinado por una comisión de
nueve teólogos y por otra compuesta entre 15 y 20 obispos y cardenales.
Solamente después del voto positivo de estas dos comisiones, el papa
autoriza la publicación del decreto sobre el martirio, que abre la puerta al
de la beatificación.
¿Por qué son llamados mártires de la
guerra civil?
-Hermano Meoli: Atención, hay un error evidente
en llamarlos ‘mártires de la guerra civil’. Error que cometen también
algunos eclesiásticos. En términos canónicos no existen ‘mártires de guerras
civiles’, los mártires cristianos son solamente aquellos asesinados por la
fidelidad a su credo religioso. La demostración lampante de lo que afirmo lo
demuestra el hecho que la persecución religiosa española inició en 1931,
mientras la guerra civil fue en 1936.
¿O sea que las agresiones fueron también
antes del 1936?
-Hermano Meoli: En 1931, fueron asaltados y
quemados un gran número de edificios sacros, de conventos y también el
colegio más importante de los lasalianos, el colegio Las Maravillas de
Madrid. Y más aún, los hermanos de las Escuelas Cristianas que fueron
canonizados por el papa Juan Pablo II (digo canonizados, o sea que hicieron
un milagro después de la beatificación) fueron asesinados en Turón, en
Asturias, en 1934.
Que después haya venido la guerra civil y hayan
continuado, o peor acentuado las masacres contra los religiosos es verdad.
Como también es verdad que las cosas a veces se mezclan un poco y de aquí
nace la equivocación que acabo de indicar. Es el deber de los procesos
canónicos demostrar con documentos y testimonios las motivaciones únicamente
religiosas que han causado tantos muertos.
¿Estos de quienes hablamos fueron
martirizados antes o durante la guerra civil?
-Hermano Meoli: Fueron martirizados en 1937, en
plena guerra civil, el año en el que se exasperó de manera terrible el
ataque a la religión y en el que se registró el mayor número de víctimas.
¿Y cómo se logra distinguir?
-Hermano Meoli: No se puede excluir que en
algunos casos se mezclaran también venganzas políticas. Como he indicado,
los procesos canónicos sirven justamente a esclarecer los motivos del
asesinato. Seguramente delante de los asaltos de conventos de clausura y al
asesinato de monjas jovencitas o ancianas es más bien difícil demostrar que
las razones fueron políticas. Así también el hecho que los asesinos fueran a
buscar sacerdotes y monjas y dejaran irse a los laicos que no se oponían
expresamente a sus violencias. Es una ulterior demostración de que se
trataba de persecución religiosa.
Esta beatificación es de un verdadero
batallón de mártires
-Hermano Meoli: Si es por esto, ya tuvimos la
beatificación de 58 religiosos nuestros juntos. De todos modos esta será una
hermosa beatificación. Se trata de dos grupos, el primero de 25 mártires, de
los cuales 16 hermanos de las Escuelas Cristianas y 9 carmelitas de la
antigua observancia, encabezados por el sacerdote Alberto María Marco
Alemán, mientras lo otros eran 8 jóvenes novicios entre 18 y 23 años.
¿Todos de Madrid?
--Hermano Meoli: Los llamamos de Madrid porque
allí fueron celebrados los dos procesos diocesanos, pero no todos eran de
allí.
De ellos 7 trabajaban en la casa editora Bruño
de Madrid. Los milicianos la invadieron pidiendo dónde estaban escondidas
las armas. Este era el pretexto habitual para invadir las casas. Después se
los llevaron juntos a otros tres que allí estaban refugiados y los llevaron
a la ‘Casa de Campo’ donde les fusilaron. Sus cadáveres fueron horriblemente
desfigurados.
Otros fueron llevados antes a la prisión y
después, en grupitos, conducidos en lugares solitarios y escondidos, donde
la ejecución se realizaba por gente reclutada en otros lugares. Muchas veces
no se logró ni siquiera identificarlos, porque los masacraban de tal manera
que se los volvía irreconocibles. De algunos se ignora incluso el lugar del
martirio y de la sepultura.
¿Y el otro grupo?
- Hermano Meoli: Hay otro grupo de hermanos que
se ocupaban de la formación de los jóvenes y que cuando se dieron cuenta que
se acercaba el peligro los acompañaron a sus casas. Algunos de estos fueron
seguidos y asesinados sin piedad.
¿Y el del laico que reaccionó contra el
fusilamiento de una imagen de la Virgen?
-Hermano Meoli: Está también el grupo más
numeroso, el de Griñón, localidad cercana a Madrid. Eran 23 de los cuales 21
hermanos más su capellán y un laico. El primero que murió gritando “Viva
Cristo Rey” fue justamente el laico, porque se estaba oponiendo a la
profanación de una imagen de la Virgen por parte de un miliciano. Fueron
asesinados todos delante de la capilla y sepultados en el huerto al lado.
Los del Sagrado Corazón en cambio fueron
llevados a la cárcel de San Antón, dónde los tuvieron por casi cuatro meses.
Juzgados por un tribunal llamado popular, bastó demostrar que eran
religiosos para hacerlos condenar a muerte.
¿Otros números sobre la persecución a su
instituto?
-Hermano Meoli: Los hermanos lasalianos que
fueron encarcelados en dicho período fueron al menos 275.
De éstos 165 fueron asesinados y de ellos 155
incluidos en procesos diocesanos y están llegando poco a poco a la gloria de
la beatificación
¿Qué significa hoy para los lasalianos
tener estos mártires?
-Hermano Meoli: Son el testimonio más relevante
de la fidelidad a la propia vocación religiosa. Se suma a la profesión
religiosa después de un llamado al cual, después de años de reflexión, de
estudio, se responde desde lo más profundo del alma. El resto por lo tanto,
incluso el posible martirio es una consecuencia.
¿Cuántos hermanos son hoy los hermanos
de las Escuelas Cristianas?
-Hermano Meoli: Casi cinco mil hermanos, todos
no sacerdotes, dedicados a la educación de la juventud. Con nosotros
colaboran unos ochenta mil docentes, en 82 países, aproximadamente mil
instituciones, que van desde las escuelas de la infancia a la universidad.
Por H. Sergio Mora
El
Papa va a León pisando tierra regada por sangre de mártires, dice
Vicario
LEÓN, 31 Ene. 12 / 11:17 pm (ACI).-
Mons. Fidel Hernández Lara, vicario episcopal de la Arquidiócesis de León en
México, contó que en su visita a ese país el
Papa Benedicto
XVI "pisará la tierra que fue regada con la sangre de los mártires" que
lucharon por defender su fe en tiempos de la persecución.
En declaraciones a
ACI Prensa el sacerdote señaló que
en la historia de México se evidencian los principios, valores y la fe del
pueblo, "capaz de derramar su sangre por algo que ve que está siendo
pisoteado, como es su fe".
Recordó que el último grito de muchos de los que
fueron fusilados en la década de los años 20s’ durante la persecución
religiosa por parte del gobierno, fue "¡Viva
Cristo Rey!".
"El hecho de que la celebración central (la
Misa en el
Parque Bicentenario) sea muy cercana al monumento de Cristo Rey, es como si
Cristo Rey hoy nos dijera ‘aquí está mi vicario, pisando la tierra que fue
regada con la sangre de los mártires`", señaló.
En diálogo con ACI Prensa, el P. Hernández dijo
que la visita del Papa será para todos los mexicanos un aliento y "nos
ayudará a confirmarnos en la fe, despertar en nosotros una mayor
fidelidad y entrega a Jesucristo".
"Si no fuera así todo quedaría en una visita
donde lo anecdótico, multitudinario y superficial sería lo más destacable",
agregó.
Por ello, hizo un llamado para que los fieles se
preparen "y podamos aprovechar su visita, la profundicemos, la arraiguemos,
que veamos que el Papa viene a hablarnos de Jesucristo, a traernos un
mensaje, y hay que estar preparados para escucharlo".
Finalmente, el sacerdote mexicano manifestó que
el Papa Benedicto
XVI "es una gran bendición para la
Iglesia en este
tiempo, con toda su enseñanza pastoral y doctrinal, y porque es un hombre de
Dios, un gran teólogo, y sobre todo por su fidelidad a la iglesia y a
Jesucristo".
Actualidad el Martirio:
Ante decisión
abortista de Obama,
los católicos en EEUU, como mártires, deben prepararse para la persecución
"No podemos y no
cumpliremos esta injusta norma. Como los mártires de los primeros días, tenemos
que estar preparados para aceptar el sufrimiento que podría incluir altas multas
y la cárcel"
Mons. Fabian W.
Bruskewitz, Obispo de Lincoln (Nebraska).
Mons. Fabian W. Bruskewitz,
Obispo de Lincoln (Nebraska).
LINCOLN, 31 Ene. 12 / 09:05 pm (ACI/EWTN
Noticias).- Un obispo de Estados Unidos señaló que como sucedió con
los primeros mártires cristianos de la
Iglesia, los
católicos en ese país deben prepararse para sufrir, incluso la cárcel, tras
la decisión del gobierno de Obama de obligar a los empleadores a pagar
seguros que incluyen anticoncepción, esterilización y fármacos abortivos.
Así lo señaló el Obispo de Lincoln (Nebraska), Mons. Fabian W. Bruskewitz,
ante la orden de la administración Obama, dada a conocer el 20 de enero a
través del Departamento de Salud y Servicios Humanos, que obliga a que a
partir del año 2013 los empleadores se vean obligados a pagar seguros que
cubren diversas prácticas anti-vida.
"No podemos y no cumpliremos esta injusta norma.
Como los mártires de los primeros días, tenemos que estar preparados para
aceptar el sufrimiento que podría incluir altas multas y la cárcel",
escribió el Prelado en una carta que ordenó sea leída en la
Misa del
domingo 29 de enero en toda su diócesis.
"Nuestra libertad religiosa en Estados Unidos
está en grave peligro", advirtió.
La secretaria del departamento de Salud y Servicios Humanos, Kathleen
Sebelius, quien afirma ser católica, le ha dado un plazo de un año a las
instituciones religiosas para acatar la norma.
"Esto significa que todos nuestros hospitales católicos, escuelas, agencias
de servicios sociales y similares serán obligados a participar del mal",
explicó el Obispo.
El Prelado dijo además que la Iglesia "le ha
pedido al Presidente Obama que rescinda esta ley, pero todas las solicitudes
han encontrado una pared y han llegado a oídos sordos" en la administración.
El Obispo de Lincoln es uno de los muchos líderes de la Iglesia en Estados
Unidos que ha hablado sobre este controvertido tema.
En la diócesis de Phonenix, los católicos
escucharon un mensaje del Obispo Thomas J. Olmsted, quien señaló que la
gente de fe no puede "ser relegada a ser ciudadanos de segunda clase" ni
"despojada de sus derechos dados por Dios".
El Obispo de Marquette, en el estado de Michigan, Mons. Alexander K. Sample,
afirmó que si esta ley entra en vigor "nosotros los católicos nos veremos
obligados a violar nuestras consciencias o a dejar la cobertura de salud
para nuestros empleados y sufrir las penalidades por hacer eso".
El Arzobispo de Nueva Orleans, Mons. Gregory M. Aymond, resaltó por su parte
en su carta del fin de semana que es necesario actuar ante este "ataque sin
precedentes a la libertad religiosa".
El director de 'Popieluszko' asegura
que la lucha por la libertad de este sacerdote
atraerá a creyentes y no creyentes
MADRID, 22 Ene. (EUROPA PRESS) -
Foto: LAURA RAMÍREZ/EP
El
director de la película 'Popieluszko. La libertad está en nosotros'
(distribuida por European Dreams Factory), Rafal Wieczynski, ha asegurado
que la "autenticidad" del personaje del film, Jerzy Popieluszco, un
sacerdote asesinado por la policía nacional polaca en 1984 por su
participación en el sindicato Solidaridad, es una persona que atrae tanto a
creyentes como a no creyentes por su "entrega, solidaridad y lucha por la
libertad".
En este sentido, Wieczynski ha señalado, en una entrevista concedida a
Europa Press con motivo del estreno de la película en España el próximo
viernes, que Popieluszko despierta el respeto de la gente porque era "muy
humano" pues, como cualquier persona, tenía sus defectos y "no le era ajeno
ni el miedo ni la vanidad pero supo superarlos". Además, ha apostado por que
su mensaje se extenderá hasta España porque "forma parte del patrimonio
común" al igual que los mártires españoles.
Desde que comenzó el proyecto, el director ha leído documentos del Instituto
de la Memoria Nacional, de la policía secreta del comunismo, ha visto fotos
e incluso ha hablado con expertos de la Congregación para las Causas de los
Santos del Vaticano que le dijeron que le hacía falta conocer la vida del
padre "muy a fondo".
Precisamente, en 2010 tuvo lugar la beatificación del padre Popieluszko,
después de que se proyectara la película en Polonia. Por ello, el director
ha indicado que el film sirvió de preparación para el pueblo polaco de cara
al proceso de beatificación.
En cualquier caso, Wieczynski ha aseverado que la razón principal por la que
decidió rodar esta película fue para que no se olvidara todo lo que hizo
este sacerdote y, sobre todo, para darlo a conocer entre las generaciones
más jóvenes de Polonia y le puedan "agradecer la libertad de la que
disfrutan" y sea también para ellas "un ejemplo" al igual que lo fue en su
época. "Hay necesidad de hablar del padre Popieluszko", ha añadido.
En esta línea, Wieczynski ha explicado que en las escuelas polacas los
estudiantes aprenden "muy poco" sobre la historia más reciente de su país,
sobre la época del comunismo y del Estado de Guerra y, por tanto, ha
apuntado que su cinta también ha servido para cubrir esa "laguna".
Esta falta de conocimientos sobre aquella época se debe, a su juicio, a que
todos los cambios que han tenido lugar tras la transformación política en
Polonia después de 1989 se está produciendo "a plazos" de forma que "aún
quedan retazos del antiguo régimen". "No es tan fácil juzgar hoy en día
aquella época del comunismo como debería ser juzgado", ha remarcado.
MENSAJES ACTUALES
Por su parte, el actor que interpreta al padre
Jerzy Popieluszco, Adam Woronowicz, ha insistido en que lo que decía este
sacerdote polaco sigue siendo "terriblemente actual" y ha afirmado que está
"de acuerdo" con su lucha por "la libertad interior" que, según ha
remarcado, "está por encima de los tiempos".
Así, ha destacado que, en sus homilías, el padre Popieluszko hablaba de "la
reconciliación, la piedad, la justicia" y "desenmascaraba la hipocresía y la
mentira del régimen comunista" pero ha recordado que, en ningún caso,
insultó ni fomentó el odio ni tampoco llamó al levantamiento. Por ello, ha
indicado que al leer sus textos se quedó "sorprendido" y se preguntó "qué
había hecho o dicho para que le mataran".
"Decía que lo más importante es el hombre frente a lo material y hablaba
de la libertad, pero otro tipo de libertad, no de la de viajar o comprar,
sino de la libertad interior. Decía que podías estar en una cárcel y ser
libre y que a un hombre libre no hay nada que lo pueda destruir, ni siquiera
la muerte", ha recordado.
Woronowicz pensaba que conocía al personaje que debía interpretar cuando le
ofrecieron el papel pero, en realidad, según ha afirmado, "no sabía nada".
Sin embargo, sí había tenido un encuentro con él muchos años antes, cuando
Woronowicz sólo contaba con 11 años y jugaba al fútbol con sus amigos en su
pueblo que coincidió ser cercano al pueblo natal del padre Popieluszko.
"Vi centenares de personas pasando el féretro y
después el coche fúnebre pasó justo a mi lado. Ya entonces, sabía que para
mucha gente era una fuente de esperanza, pero en ese momento ni siquiera
imaginé que iba a ser actor ni que interpretaría a un héroe", ha concluido.
Infocatólica 20.01.12
por Tomás de la Torre Lendínez
Radio Nacional de España cumple 75 años
Misa en las catacumbas
“Señores y señoras, damos comienzo la transmisión de la
Misa para todos los oyentes, de manera especial para nuestros hermanos de la
España roja, donde los templos están cerrados y no existe culto católico”
Ayer hubo fiesta en Radio Nacional de España. Justo en esa fecha cumplió 75 años
desde su creación en Salamanca el 19 de Enero de 1937, en que se emitió una
señal conmemorativa en 7500 KHz, la misma frecuencia que usó el cercano
transmisor de Onda Corta auxiliar situado en el barrio de Pizarrales y que
complementó al emisor principal de Onda Media ubicado en el antiguo frontón San
Bernardo.
Desde un principio, siendo director de Radio Nacional de España, su creador, el
general Millán Astray, contó con su programación religiosa católica. De modo
especial con la celebración de la Santa Misa, cuya transmisión comenzaba con
estas palabras introductorias del locutor: “Señores y señoras, damos comienzo
la transmisión de la Misa para todos los oyentes, de manera especial para
nuestros hermanos de la España roja, donde los templos están cerrados y no
existe culto católico.”
Siendo Jaén una ciudad situada en el bando republicano, los católicos
clandestinos conectaban con el poste emisor situado en Sevilla, que emitía las
ondas cortas de Radio Nacional de España. La celebración de la Misa era
transmitida a las 12 de la noche cada sábado. Los enormes aparatos de radio,
bastantes pocos en las familias de esta ciudad, fueron colocados en las cuadras,
existentes tras los corrales, que disponía las casas donde vivían entre
propietarios, refugiados y escondidos hasta treinta o cuarenta personas.
En una de esas vivía mi familia. Mis abuelos y sus hijos, entre ellos, mi futura
madre. De ellos aprendí como eran aquellas Misas radiadas para los católicos que
vivían su fe en un modo catacumbal, imitando a los primeros cristianos
perseguidos por el Imperio Romano.
En la cuadra se encontraban cerca de cuarenta personas. Se colocaban vigilantes
en las tapias del corral. La puerta de la casa permanecía bien atrancada. La
radio era como un tabernáculo donde aquellas mentes quemadas por la guerra
imaginaban que estaba la custodia con el Santísimo Sacramento. El silencio era
absoluto. El sonido emitido era medianamente bajo para evitar ser oídos por los
soplones republicanos.
El narrador leía en castellano las oraciones y las lecturas de la Misa. Tras el
sermón, durante el cual las lagrimas se caían a borbotones por las caras de los
presentes, de modo especial cuando predicaba el padre Camarasa, quien poseía
un pico de oro. Llegado el momento de la Sagrada Comunión, el locutor invitaba a
todos a realizar el acto de la Comunión Espiritual. La bendición final era la
fuerza divina para aquellos heroicos cristianos que vivían bajo una persecución
real sin saber cuando acabaría aquella locura fratricida.
Aquellas Misas, ahora, en Radio Nacional de España, son a las 8,15 de las
mañanas dominicales, y las comenta el padre Manuel Muñoz, religioso capuchino,
quien lo hace muy bien y lleva la celebración eucarística a las casas de muchos
enfermos e impedidos.
Radio Nacional de España ha sobrevivido a muchos cambios políticos. Se ha
salvado hasta del zapaterismo. Otro milagro del Señor. Deseo una larga vida a
esta cadena de emisoras del Estado, que costeamos todos los contribuyentes, pero
que sigue haciendo el bien espiritual a muchos cristianos de España.
Tomás de la Torre Lendínez
26
agentes de pastoral asesinados en 2011 - (Alfa y Omega - 767, 5.1.2012)
Los mártires de Córdoba, ¿santos o imprudentes? por Balbina García de Polavieja
(R en L)
Las
misiones en América
Hablar
de la conquista o descubrimiento de América, implica entrar en un terreno
tan amplio de causas y proyecciones, que intervienen en él desde el proceso
histórico que llevó a España a dar ese paso trascendental (de no haberse
librado de la dominación mahometana, quizás no lo hubiera dado), el contexto
de aquel tiempo, la evolución misma de la civilización, hasta llegar al
debate de nuestros días sobre los hechos que dieron lugar a tejer lo que se
dio en llamar la “leyenda negra”.
Por sobre cualquier consideración, debe señalarse que en el proceso de las
civilizaciones y su trascendencia en la historia, hay finalidades (como las
que tuvo España en América al evangelizar y fusionar las razas) que no están
exentas de hombres y acontecimientos que con sus acciones y efectos jugaron
un rol desvirtuante. Y este es el caso de muchos conquistadores rudos y
ambiciosos que hicieron del descubrimiento de América su propia conquista,
sometiendo y exterminando aborígenes, en tanto que otros hacían respetar las
leyes de Indias que los protegían.
Refiriéndonos a los primeros, podemos decir que si la raza indígena
americana, no sufrió mayores padecimientos y matanzas, no se debió ni a la
compasión ni al cansancio de los españoles conquistadores, sino al cuidado
que tuvieron los sacerdotes, a cuyos obispos confiaron las leyes españolas
la vigilancia de la vida y la libertad de los nativos, transformándose así
en sus protectores legítimos. Esto fue así desde el primer desembarco en
América.
Muy pronto la Iglesia comprendió su papel evangelizador en el mundo recién
descubierto y fueron enviados misioneros para convertir a los indios. El
primero que cruzó el Atlántico con ese fin determinado fue el catalán Bueil,
benedictino, juntamente con otros once sacerdotes elegidos para esta misión
por bula pontificia del 24 de junio de 1493. Una cifra significativa, doce,
iniciaba la evangelización en América en un lejano día de San Juan. Y tras
aquellos primeros doce apóstoles de América, se precipitó poco después una
multitud de hombres de Dios, ansiosos de llevar la palabra y el amor de
Cristo a aquellos hombres que ignoraban la Buena Noticia.
Los dominicos, cuya principal función era la predicación, corrieron a
abrazar el apostolado del Nuevo Mundo, y lo mismo hicieron los franciscanos,
agustinos, capuchinos y lazaristas; pero con más ardor todavía se
consagraron a este objetivo los jesuitas, sociedad de vigorosa juventud,
deseosa de superar a los demás en celo y padecimientos, y que iba a
demostrar a lo largo de su accionar en América su genio obstinado y a la vez
flexible. En este sentido, una larga polémica que tal vez tildaríamos de
recurrente ha criticado a la Compañía de Jesús; pese a ello nos toca
admirarlos cuando vemos lo enorme de su vocación evangelizadora.
Después de considerar las perfidias y atrocidades que acompañaron en muchos
casos al descubrimiento, reconforta el ánimo contemplar a estos héroes de
Dios, los cuales llenos de viva compasión por la degradación en que vivían
los pobres indios, ya sea por la ignorancia propia o por la situación de
esclavitud a que los sometían, hicieron holocausto de sus vidas por
llevarles la verdad, arrostrando las crueldades de la barbarie o las de la
ambición desmedida de quienes sólo buscaban el provecho propio.
Hoy se hacen expediciones científicas con gran despliegue tecnológico; en
aquel entonces, el misionero partía para conquistar un mundo sin más
instrumentos que la cruz y el breviario. Y no bastaba el valor en empresas
en que no se trataba sólo de matar y dominar a los pueblos, sino que se
requería también ciencia para convertirlos; hablar en su lengua, comprender
sus costumbres, sus ideas, refutar sus antiguas creencias, y saber
exactamente hasta qué punto la moral y la religión pueden condescender con
las costumbres y las preocupaciones del hombre.
En medio de aquel paisaje inmenso, de ríos nunca vistos, de bosques
ilimitados que desembocaban en llanuras inconmensurables donde el hombre se
perdía como en medio del océano, el misionero, a merced de los elementos,
rodeados de fieras y reptiles, lo mismo que de hermosos pájaros
desconocidos, penetraba por sendas que ni la avaricia se había atrevido a
pisar, avanzando en busca de conversiones o muchas veces del martirio.
Sólo Dios desde lo alto veía al franciscano con su tosca túnica y sus pies
descalzos, o al jesuita con su gran sombrero, sus negros hábitos, el
crucifijo en la cintura y el breviario bajo el brazo, recorrer aquellos
bosques vírgenes expuesto a los más grandes peligros. Si acaso sucumbía, el
misionero expiraba alabando al Señor, y otro compañero que seguía sus pasos,
al encontrar sus restos los sepultaba, rezaba una oración al mártir,
plantaba en aquel sitio una cruz y continuaba su camino dispuesto a sufrir
igual suerte.
En muchos casos, los indios se habían acostumbrado a ver en los europeos
sólo al hombre que quería su oro, sus mujeres o su libertad, de modo que
admiraban al misionero que nada les pedía. Admiraban la intrepidez con que
estos hombres desarmados hacían frente a sus amenazas y que muchas veces
sufrían estoicamente el cautiverio o el tormento, y se agrupaban alrededor
del sacerdote que pocas palabras hablaba en su dialecto, pero que les
enseñaba el cielo y una cruz. ¿Era un mago? ¿Venía del cielo?, pensarían.
Un nuevo encanto percibían en sus palabras y le escuchaban atónitos cuando
les invitaba a dejar la vida errante, los matrimonios múltiples, los
banquetes humanos y a mirarse en la santidad de la familia y la sociedad.
Muchas veces los misioneros se proveían de instrumentos musicales como
medios para atraer a los salvajes y llenaban los aires de sencillas
melodías. Con este nuevo prodigio los indios acudían a escuchar los himnos
de la Iglesia, con lo cual empezaban a gustar los placeres que proporciona
en vivir en sociedad, y procuraban desde luego imitar estos cantos alrededor
de la cruz o de la efigie de María.
Muchas tribus no tenían aún en sus lenguas las palabras Dios y Alma y
entonces era un verdadero esfuerzo hacerles comprender esos conceptos a
través de ideas materiales. Otras, indiferentes a toda religión, no habían
recapacitado jamás en los deberes de ninguna de ellas, y la mayor parte
tenía costumbres opuestas a la predicación, como ser la ligereza infantil,
la orgullosa gravedad, la brutal venganza y los continuos incestos, que eran
los enemigos que bajo diferentes formas tenía que combatir el misionero.
La piedad, la moral pura y una e incontrastable eran las armas de que podía
disponer. Cabe recordar la figura de San Francisco Solano convirtiendo a los
indios con las dulces notas de su violín.
A través de toda la América indígena los misioneros convivieron con los
salvajes, durmiendo en f
étidas cabañas, les enseñaron a labrar con instrumentos de madera, les
enseñaron oficios, mientras les hacían comprender la idea de Dios.
Al alejarse de una tribu, siempre dejaban grabada en ella alguna máxima
moral o algún ejemplo que imitar. Un misionero que acompañó a unas familias
fuera del lugar que habían devastado los indios iroqueses, escribía: “Somos
sesenta entre hombres, mujeres y niños, y todos muertos de hambre. Las
provisiones se hallan en manos de Aquel que alimenta a los pájaros del
cielo. Parto cargado con mis pecados y mi miseria, y tengo necesidad de que
se ruegue por mí”.
Ninguna recompensa podían esperar en este mundo, y algunas veces ni aún la
satisfacción de saber que procedieron bien, y después de una vida fatigosa
partían sin la seguridad de haber convertido aún a muchos de aquellos
feroces y enigmáticos indios.
Vasconcellos, un misionero jesuita, cuenta que tratando de convertir a una
vieja moribunda, le exponía los artículos de la fe, las leyes de la caridad
y le preguntaba si quería ingerir algún alimento; pero el azúcar ni ninguna
cosa europea le agradaba. Muchas veces se le respondía: “No queremos un
paraíso donde están los europeos”.
¡Qué tremenda idea! ¡Qué terrible debe haber sido para aquellos misioneros
escuchar reproches como aquél, consecuencia del trato cruel de los malos
cristianos!
No hay que preguntarse si aquellas regiones fueron regadas con sangre. Los
jesuitas cuentan trescientos mártires entre sus compañeros en el siglo XVII,
tan es así que cualquiera que visite los antiguos colegios fundados por
ellos, verá los largos claustros tapizados de bustos, no de aquellos que
según se decía permanecían intrigando alrededor de los tronos, sino de los
que perecieron difundiendo con la cruz, la evangelización.
La lucha misional
Los misioneros en América, en medio de sus santas fatigas, conservaban a
pesar de todas las adversidades, la mayor tranquilidad de espíritu, y el que
era capaz de ello dirigía a su jefe el relato de sus empresas, que después
fueron recopiladas bajo el título de “Cartas edificantes”, renunciando
siempre a la gloria del estilo mundano y contentándose con la sencilla
exposición de los hechos.
A pesar de esto, no olvidaron la ciencia profana y compusieron diccionarios
de las lenguas indígenas, otros señalaron los mejores frutos para el
comercio, descubrieron nuevas tierras. Otros fueron antropólogos. Un jesuita
encontró en Tartavia (Asia) una mujer hurona que había conocido en Canadá,
deduciendo de esto la proximidad de los continentes, América y Asia, antes
que lo confirmase el mismo Behring.
En las Antillas, los misioneros se opusieron, en cuanto estuvo de su parte,
al exterminio de los naturales y después trabajaron muchísimo por mitigar la
penosa suerte de los pobres negros, sin dejar de señalar los malos ejemplos
dados por los católicos.
Reflexionando sobre estos hechos, pudo decirse que la evangelización fue un
milagro del Espíritu Santo, pues los indios que padecieron la falsedad y
crueldad de muchos que decían ser cristianos, aceptaron la cruz en sus
corazones.
En México, el más civilizado de los lugares conquistados, algunas semejanzas
culturo-religiosas, facilitaron la obra de sustituir las deidades con el
Dios de los vencedores.
Ya la cruz ocupaba los altares antiguos, el águila azteca cedía su sitio a
la paloma y los monjes reemplazaban a las castas hijas del Sol. Se calcula
en seis millones el número de bautizados desde 1524 a 1540. Otro dato para
tener en cuenta: El papa Clemente VII envió a Martín de Valencia con doce
frailes menores para que se convocara a un concilio que arreglara las cosas
en materia religiosa. En ese concilio se abolió la poligamia, estableciendo
que quien se presentara al bautismo lo hiciera con una sola mujer y la
conservase. En 1555 se reunió otro concilio, pero el más célebre fue el de
1558 que sirvió de base a la disciplina religiosa de esos países.
En un principio no se permitió a los naturales entrar en el sacerdocio, pero
luego se autorizó el ingreso con ciertas restricciones.
Los mexicanos conservan un gran afecto y gratitud a los misioneros y no
olvidaron a fray Bartolomé de las Casas, ni a Bernardino Rivera que sugirió
la idea de fundar un colegio, donde se reunieron más de cien jóvenes indios,
destinados a difundir la fe entre sus paisanos. Gonzalo de Tapia (jesuita)
atravesó el país de océano a océano, aprendiendo las lenguas y civilizando
muchas tribus hasta llegar a Sinaloa.
Los jesuitas, en 1680, tenían setenta misiones en México, que se veían
obligadas a luchas permanentemente no sólo con la inestabilidad de los
indios, sino contra la desconfianza de los mismos españoles, ya que
procuraban abolir la esclavitud y la servidumbre de los naturales.
El clero, a pesar de estos desencuentros con los conquistadores, no tuvo que
luchar como en Europa contra la autoridad civil y estableció la igualdad en
la Iglesia. Empleó el Evangelio para extirpar la triple superstición de la
naturaleza, el tiempo y el fatalismo, y se unió con el pueblo contra la
oposición del gobierno de la metrópoli.
La aparición de la Virgen de Guadalupe a un indio en una montaña de México,
llevó a elevar la opinión que se tenía de ellos y el lugar se constituyó en
un santuario espiritual protector, antes de que se construyera el santuario
material.
Toribio Alonso de Mogrovejo, nombrado por Felipe II arzobispo de Lima en
1580, tuvo que luchar contra los frutos de la fiereza y avaricia de los
conquistadores, en medio de guerras civiles entre ellos y opresión a los
naturales, recorriendo la ciudad de Lima, lo mismo que los campos y las
montañas, evangelizando y consolando a los habitantes. Sufrió por ello las
persecuciones de los gobernadores del Perú, pero no retrocedió y alcanzó la
santidad, mudando la fe de la Iglesia peruana que paralelamente florecía en
la figura de la Patrona de América, Santa Rosa de Lima.
Pedro de Valdivia llevó a los padres de la Merced a Chile; después, en 1553,
llegaron los dominicos y franciscanos, y en 1593 le visitaron los jesuitas
bajo la dirección de Martín Loyola, sobrino del fundador de la compañía (San
Ignacio de Loyola).
En Bogotá, los misioneros convirtieron al jefe Lagamoxi y tras él atrajeron
a una gran cantidad de gente que se ponía bajo la protección de los
religiosos, liberándose así de los conquistadores.
Los capuchinos fundaron muchas ciudades en Venezuela y llegaron hasta las
riberas del Orinoco no visitadas aún. En este lugar quedaron los jesuitas
Ignacio Llaure y Julián de Vergara, que permanecieron allí hasta 1576 en que
los neófitos se dispersaron con motivo de la llegada de los holandeses.
Los capuchinos aragoneses fundaron la misión de Santa María de Cumaná y los
padres observantes evangelizaron allí hasta Unare.
Los jesuitas fundaron villas e iglesias hacia el río Amazonas convirtiendo a
los mezquitos y sus tribus vecinas, y el padre Cipriano Baraza abrió a costa
de muchos trabajos un camino que atravesaba los Andes colombianos con el
objeto de ir al Perú a obtener ayudantes para la evangelización.
En la Florida las misiones dieron poco fruto, pero produjeron bastantes
mártires. En 1549 fueron allá cinco dominicos que recorriendo la zona fueron
asesinados en 1565. Pedro Menéndez que fue allí a conquistar, llevó consigo
a jesuitas, que separados de sus compañeros, permanecieron en aquella
desconocida región donde también fueron asesinados por los salvajes.
Otros que llegaron después corrieron igual suerte, y todas las tentativas
posteriores no obtuvieron resultados satisfactorios.
No podemos seguir paso a paso el sendero de la cruz, conformémonos con decir
que al principio del mil seiscientos, América ya contaba con cinco
arzobispados, veintisiete obispados, cuatrocientos conventos y magníficas
catedrales, entre las cuales se encuentra la célebre de Los Angeles.
Antonio de Herrera, en su Descripción de las Indias, afirma que a los indios
les gustaba la
liturgia de las ceremonias católicas; deseaban ayudar en la misa, cantar en
coro y adornar las iglesias con las flores de sus selvas.
Entretanto los jesuitas enseñaban por todas partes la gramática y las artes
liberales y agregaron un seminario al colegio de San Idelfonso en México,
donde al igual que en Lima habían fundado ya una universidad. De este modo,
la conquista se convertía en misión, y la sed de sangre en civilización.
Pero el país donde los indios estaban reducidos a la más miserable condición
por el inicuo sistema de las encomiendas era el Paraguay. Sin embargo, en
medio de aquellas selvas, las más feroces tribus, no habían sido reducidas
ni conquistadas por los españoles.
Ya muchos misioneros, y principalmente Francisco Solano y Luis de Bolaños,
habían acudido a evangelizarlos; pero su celo había sido coronado por el
martirio y sus frutos muy escasos, cuando el franciscano Francisco de
Victoria, obispo del Tucumán con asiento en Santiago del Estero, se dirigió
a los jesuitas que tanto habían trabajado en el Perú y el Brasil. El padre
Anchieta, provincial de este país envió a Santiago a los padres Francisco
Angulo y Alfonso Bárcena, que junto al lego Juan Villegas, ya estaban
prácticos en las misiones.
Una de las páginas más bellas de la historia de los jesuitas, y uno de los
pretextos para su posterior supresión, fue escrita en las misiones del
Paraguay. Recorrieron con prontitud todo el país evangelizando, educando y
oponiendo la mansedumbre a la ferocidad -tanto de salvajes como de
españoles-, y enseñando que no era una sola cosa cristiano y asesino, como
los salvajes creían firmemente.
Ante todo era necesario aprender la lengua, y teniendo cada tribu una
particular, los jesuitas las estudiaron y alfabetizaron a los indios.
Sin fanatismo, sin intolerancia, se introducían con dulzura, corrigiendo los
vicios, especialmente el de la embriaguez que habían tomado de los
españoles.
Empezaron pues pidiendo al Rey, que fuesen declarados libres todos los
indios que pudiesen reunir; pero aunque su influencia hizo que su
proposición fuese oída por el monarca, tuvieron necesidad de toda aquella
destreza y constancia de que les acusaba el mundo, para reprimir las quejas
de los colonos, que querían conservar la esclavitud, y para conseguir
hacerse en el desierto mártires de la civilización y la libertad.
Una obra trascendente
Los jesuitas dedicaron especialmente sus cuidados a los guaraníes, pueblo
supersticioso pero que, amante de la tierra en que vivía, se oponía
fuertemente a las atrocidades de españoles y portugueses por igual. A este
pueblo ofrecieron los jesuitas protección y trabajos menos penosos y más
fructíferos que los que hacían, echando los cimientos de aquello que luego,
enfáticamente, se llamó el “Imperio guaranítico”.
Fray Luis Bolaños, discípulo de San Francisco Solano, había fundado allí una
pequeña comunidad, que luego los jesuitas fomentaron y tanto progresó, que
poco después pudieron comunicar a su superior, que estaban prontos a recibir
el bautismo 200.000 indios.
España quedó admirada de ver los logros alcanzados por los jesuitas, y el
rey decretó que aquellas poblaciones no fueran conquistadas, sino con la
espada de la palabra, ni tampoco reducidas a la esclavitud.
El resultado animó a los jesuitas a consolidar las primeras obras, pero se
convencieron que no podrían conseguirlo sino reuniendo a los indios y
manteniéndolos alejados de los españoles, ya que era más fácil amansar a los
aborígenes que vencer la corrupción de muchos europeos.
Solicitaron, pues, que el obispo y el gobernador les concediesen plena
facultad para reunir a los neófitos en lugares distintos, ordenarlos a su
modo, sin que dependiesen en nada de las ciudades coloniales cercanas,
edificar iglesias, y oponerse en nombre del rey a todo el que bajo cualquier
pretexto quisiese apoderarse de los neófitos (como llamaban a los aborígenes
aprendices de artes y oficios) para emplearlos en el servicio personal de
los españoles.
De este modo preparaban para la civilización a los naturales, ganándose para
sí mismos la enemistad de aquellos a cuya ambición y avaricia se oponían,
impidiéndoles repartirse a los indios en encomiendas, Fueron los padres
Cataldino y Maceta quienes fundaron la primera parroquia, en base a una
reducción de 200 familias de indígenas, en Loreto a orillas del Paraná.
Muy pronto se aumentaron las reducciones, haciéndose expediciones para
convertir otras tribus indígenas. Desde 1593 hasta 1746 se fundaron treinta
y tres parroquias en el Paraguay, entre los guaraníes y los indios moxos y
chiquitos en el Alto Perú, hoy Bolivia. La iglesia era el núcleo de la
colonia. Se fundaron entonces, las reducciones y parroquias en los sitios
más hermosos, generalmente cerca de los ríos o arroyos, con casas de piedra
de un solo piso, colocadas en cuadro alrededor de la plaza pública, donde
estaba la iglesia, la casa de los jesuitas, el arsenal, el granero y el
hospital para los forasteros. Cada pueblo de éstos era gobernado por un
sacerdote, persona muy respetada en la compañía, que se ocupaba de la
administración, mientras un teniente ejercía funciones espirituales y todos
dependían de un superior a quien el Papa daba amplias facultades, aún para
impartir la confirmación.
Los jesuitas habían conseguido hacer desaparecer toda dependencia del
gobierno central de la colonia, y tenían autarquía para producir y manejar
su propia economía. La voluntad del sacerdote era ley y los colonos
dependían de él como de un patriarca que todas las mañanas escuchaba las
quejas y hacía justicia.