LA SAGRADA IMAGEN DE LA VIRGEN DEL MAR ESTARÁ PRESENTE EN LA BEATIFICACIÓN DE LOS MÁRTIRES DE ALMERÍA.
La patrona de Almería, la Santísima Virgen del Mar, estará presente, el próximo día 25 de Marzo, en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Aguadulce, en la Beatificación de los 115 Mártires de Almería, que encabeza el Deán José ÁlvarezBenavides y De la Torre.
Así lo hacía saber la Muy Antigua, Pontificia, Real e Ilustre Hermandad, a través de un comunicado oficial, donde expresa su gozo de poder comunicar la grandiosa noticia de la presencia de la Patrona en tan magno acontecimiento para toda la Diócesis de Almería.
Martirios en el Pozo de La Lagarta en Tabernas
En las primeras sacas colectivas de presos para ser asesinados, en la noche del 14 de agosto en la Playa de la Garrofa de Almería, y en la del 30 en el Barranco del Chisme de Vícar, a los verdugos se les planteaba el problema de ocultar los cadáveres. Para solventarlo buscaron lugares en los que pudieran asesinar en masa a los “enemigos de la revolución”, sin dejar mayor rastro, y sin necesidad de enterrar sus cuerpos, y optaron por pozos rurales de zonas desérticas, secos en aquel verano, donde se podía asesinar junto a su pretil y empujar a su fondo a muertos o agonizantes sin dejar mayor prueba. El primero fue el Pozo de La Lagarta en término de Tabernas, a unos 30 Kms. de Almería.
Así en la noche del 31 de agosto de 1936 sacaron del Astoy-Mendi y de la cárcel de las Adoratrices a los restantes 31 miembros de la lista leída el día anterior que no pudieron trasladar al Barranco del Chisme por falta de vehículos, y los llevaron a Tabernas, en cuyo desierto se hallaba el Pozo de Fábregas conocido como de La Lagarta, y allí asesinaron a 22 presos, entre ellos a dos jesuitas y dos dominicos, y los arrojaron a su fondo. La masacre se repitió en noches sucesivas y comenzaron a acudir en el autobús de línea gentes de Tabernas, unos a presenciar las ejecuciones, y otros trayendo sus escopetas y pistolas para participar en ellas.
Anochecido llegaban los camiones de Almería con los presos ya atadas sus manos, y se les reunía alrededor del pozo, iluminados por los focos de los camiones aparcados en semicírculo. Tras los disparos empujaban a los heridos o moribundos y les hacían caer al fondo sobre los cuerpos de los agonizantes fusilados antes.
A los pocos días el pozo, llenó de cadáveres en descomposición, despedía tal hedor que se percibía a varios Kms en el pueblo y desde la carretera, por lo que el Inspector de Sanidad dispuso se arrojaran varias toneladas de cal viva hasta cegarlo. Extraídos sus restos después de la guerra, muchos de los cadáveres presentaban signos de haber sido torturados y algunos asfixiados tras haber sido arrojados vivos al fondo.
Dice el miembro de la Comisión Histórica de la Causa, D. Alfredo Gallego Fábrega que del más de un centenar de las personas asesinadas y arrojadas a este pozo, han sido ya beatificadas 31, tres hermanos de las Escuelas Cristianas, los Hermanos Edmigio, Amalio y Valerio, 24 sacerdotes diocesanos, dos jesuitas y dos dominicos, y que en la nueva beatificación lo serán 17 más.
De entre ellos don Domingo Campoy Calvano, Coadjutor de la Parroquia de san Sebastián de Almería. Al ser detenido le propinaron tal tortura que, llevado al barco Astoy Mendi, el médico quiso llevarlo al hospital, pero el sargento guardián le respondió: «No hace falta, porque esta misma noche lo voy a matar. » Así lo hizo en el pozo de la Lagarta, jactándose luego: « ¡Qué buena puntería he 3 tenido, le he dado una muerte cruel, descargándole todos los disparos por la cabeza que se la he hecho saltar! ».
José Gómez Matarín, párroco de Íllar; Ángel Noguera Gallegos, Párroco de Alboloduy, y Eduardo Romero Cortés, párroco de Bentarique, asesinados la noche del 30 al 31 de agosto en el Pozo de la Lagarta con otras 15 víctimas. Conducidos juntos al pretil del pozo, José Gómez se volvió hacia sus verdugos y les dijo: «No sabéis lo que hacéis, permitid que os bendiga. »
Lisardo Carretero Fuentes párroco – Arcipreste de Canjáyar. Una feligresa recuerda que al estallar la persecución y acudir a buscarle refugio: «Se encontraba leyendo el libro Los mártires de la Alpujarra, y me dijo “Qué suerte morir mártir”.» El 19 de julio de puso a salvo el Santísimo y la Santa Cruz del Voto, siendo detenido en la prisión en Alhama y luego enviado a la de Almería. Ante su silencio y heroica mansedumbre sus verdugos creyeron que había perdido el habla, pero le llevaron al martirio en el pozo de la Lagarta.
José Lara Garzón Párroco de san Isidro de Alcaudique y de la Coadjutoría de Berja. Narra su sobrino que al comenzar la persecución «Lo llevaron al cementerio de Berja con ánimo de matarle allí mismo, y le propusieron que si pisoteaba el crucifijo, le perdonaban la vida. No claudicó, y repitió en voz alta: “Señor, perdona a los que me van a matar”.
Enrique López Ruiz Cura Ecónomo de Nacimiento, a cuya Parroquia de Nuestra Señora de las Angustias dedicó toda su vida ministerial. Iniciada la Persecución, los milicianos locales, para protegerle, le propusieron que se marchara del pueblo. Se negó resueltamente diciéndoles: «¿Quién iba entonces a decir Misa a esta gente? » A los pocos días era detenido y enviado preso a Almería.
La noche del 30 de agosto, en el barco prisión Astoy-Mendi fueron llamados todos los presbíteros por sus verdugos. Bienvenido Ayala cuenta que, como no fue pronunciado su nombre Enrique López «Se puso en pie para identificarse también como sacerdote. Mi tío, que estaba junto a él, le tiraba del pantalón para impedir que se levantara, pero él le decía: “No puedo, Cristo me llama”. Se puso en pie y se entregó voluntariamente al martirio. »
Pedro Martín Abad, Organista de la Catedral de la Encarnación de Almería. Oculto al comenzar la persecución, al enterarse de la detención del beato don Diego Ventaja dijo: «Sí han detenido al señor Obispo, ¿por qué no me he ido yo también con él? » Abandonó su refugio y fue detenido el 27 de agosto. Preso en el Astoy-Mendi, fue sometido a terribles torturas. Como se negó a blasfemar, un compañero de cautiverio recuerda que: «Lo sacaban a cubierta para pegarle y le hacían pasar tormentos horrendos, amarrándolo con una cuerda al cuello, subiéndolo y bajándolo por una polea. » Enfermo por las torturas, fue martirizado. Junto a su cadáver, salvajemente mutilado, su hermano encontró las medicinas que le había enviado y no le dejaron tomar.
José María Martínez Vizcaíno. El beato Diego Ventaja al inaugurar su episcopado en Almería le pidió que le acompañase como secretario. Su respuesta fue profética: «Hasta que la muerte nos separe. » Fiel secretario acompañó a su Prelado durante su calvario, siendo detenido con él el 12 de agosto y compartiendo prisión en las Adoratrices y en el barco Astoy-Mendi. La falta de espacio en el furgón impidió que fuera martirizado junto a su amado beato don Diego el día 30 en el barranco del Chisme, pero le siguió el día después en el Pozo de la Lagarta de Tabernas. Invocó a Cristo Rey, perdonó a sus verdugos y se despidió de sus compañeros de martirio con un “Hasta el Cielo”. »
Francisco Roda Rodríguez, Canónigo Magistral de la Catedral de la Encarnación, se negó a ocultarse al iniciarse la persecución. El 12 de agosto los milicianos se presentaron en su casa. Él les dijo: «Sí es la voluntad de Dios, aquí estoy. » Le llevaron al barco prisión y de allí al Pozo de Tabernas. Su sobrina cuenta que: «Antes de arrojarlo al pozo le saltaron los ojos, y a este ultraje mi tío respondió diciendo: “Todavía tengo lengua para bendecir a Dios”, y le cortaron la lengua.»
Agustín Sabater Paulo O.D. Miembro de la Hermandad de Operarios Diocesanos fue destinado al de Almería como administrador y prefecto por veinticinco años.
Un seminarista cuenta que al estallar la persecución «Don Agustín se levantó y dijo: “Lo primero, el Santísimo”. Marchamos todos a la Capilla y don Agustín abrió el sagrario y sollozando consumió las Sagradas Formas. Después todos se abrazaron y salimos a la calle.» Se ocultó en una casa amiga, pero se presentó el cocinero del Seminario con dos milicianos para llevárselo. Con mucha paz se puso su capa, se despidió de nosotros y los acompañó con entereza. Diez días después recibió la palma del martirio en el Pozo de la Lagarta.
Andrés Iniesta Egea, Párroco de Fuencaliente. Presbítero muy piadoso y enamorado de la Madre de Dios. Cuando solían advertirle que se mostrara más prudente ante los laicistas, solía responder: « No tendría yo tal dicha de morir mártir. » Recuerda una feligresa que al estallar la persecución « no consistió quitarse la sotana ni renunció a salir a la calle, y continuó realizando sus visitas a los enfermos y ancianos y celebrando la Misa cada día. Los revolucionarios del pueblo lo respetaban y le decían que no temiera nada de ellos, pues era buena persona y que no le harían daño. » Asustados, sus familiares se lo llevaron el veintisiete de julio de 1936 a su pueblo natal de Zurgena. Antes de llegar, se detuvo para confesarse en Alcóntar y dijo: « Una vida tengo y ésta la quiero para Dios. Si en esta persecución Dios me llama a su seno, bendito sea. » Junto a cuatro presbíteros de su pueblo recibió el martirio el 1 de septiembre en el Pozo de la Lagarta de Tabernas, corriendo el rumor de que había sido echado vivo.
Pedro Meca Moreno, párroco de Zurgena. Al ver como se quemaban las imágenes religiosas dijo: « Detrás de ellos vamos nosotros. » Al Siervo de Dios don Andrés Iniesta le comentó: « Qué dicha más grande ser mártires de Cristo; eso son cinco minutos, no más, y la Gloria para siempre. » La mañana del 1 de septiembre, fue detenido en su hogar, y alcanzó la palma del martirio durante el trayecto hacia el pozo de la Lagarta donde arrojaron su cuerpo el 1 de septiembre de 1936.
Agustín Navarro Iniesta Coadjutor de Carabanchel Bajo y Capellán del colegio de la Santa Cruz, el 13 de julio de 1936 ofició responso en el Cementerio del Este de Madrid ante el cadáver de don José Calvo Sotelo. Con su asustada su madre regresó a Zurgena buscando refugio. Allí fueron a buscarlo y se despidió de su madre: « ¡Hasta el Cielo! Gracias a Dios que me concede la gracia de morir mártir por Él. » Fue martirizado junto a otros cuatro presbíteros de su pueblo. Su biógrafo, el padre capuchino Jesús María de Orihuela, escribió: « Ha pasado de esta vida a la eterna adornado con la estola de la inocencia de que se vistió en el bautismo. »
La relación completa de mártires inmolados en el Pozo de la Lagarta de Tabernas que serán beatificados el 25 de marzo, es la siguiente:
Siervo de Dios don Pedro Antonio Almécija Morales (Alsodux, 29 de septiembre de 1903 – Tabernas, 30 de agosto de 1936)
Siervo de Dios don Segundo Arce Manjón (Ayoluengo de Lora, 1 de junio de 1880 – Tabernas, 31 de agosto de 1936)
Siervo de Dios don Joaquín Berruezo Prieto (Olula de Castro, 15 de enero de 1899 – Tabernas, 31 de agosto de 1936)
Siervo de Dios don Domingo Campoy Calvano (Almería, 17 de marzo de 1903 – Tabernas, 30 de agosto de 1936)
Siervo de Dios don Lisardo Carretero Fuentes (Ohanes, 12 de noviembre de 1883 – Tabernas, 31 de agosto de 1936)
Siervo de Dios don Carmelo Coronel Jiménez (Gádor, 9 de febrero de 1876 – Tabernas, 31 de agosto de 1936)
Siervo de Dios don José Gómez Matarín (Alboloduy, 6 de septiembre de 1884 – Tabernas, 31 de agosto de 1936)
Siervo de Dios don Francisco de Haro Martínez (Mazarrón, 28 de noviembre de 1886 – Tabernas, 31 de agosto de 1936)
Siervo de Dios don José Lara Garzón (Montefrío, 26 de noviembre de 1875 – Tabernas, 31 de agosto de 1936)
Siervo de Dios don Enrique López Ruiz (Trevélez, 16 de mayo de 1901 – Tabernas, 31 de agosto de 1936)
Siervo de Dios don Pedro Martín Abad (Vera, 30 de noviembre de 1902 – Tabernas, 31 de agosto de 1936)
Siervo de Dios don José María Martínez Vizcaíno (Ohanes, 9 de diciembre de 1898 – Tabernas, 31 de agosto de 1936)
Siervo de Dios don Gregorio Morales Membrives (Rejano, 10 de abril de 1883 – Tabernas, 31 de agosto de 1936)
Siervo de Dios don Miguel Morano Sáez (Purchena, 27 de febrero de 1895 – Tabernas, 31 de agosto de 1936)
Siervo de Dios don Ángel Noguera Gallegos (Granada, 8 de diciembre de 1908 – Tabernas, 31 de agosto de 1936)
Siervo de Dios don Francisco Roda Rodríguez (Almería, 25 de mayo de 1873 – Tabernas, 31 de agosto de 1936)
Siervo de Dios don Eduardo Romero Cortés (Alicún, 2 de abril de 1878 – Tabernas, 31 de agosto de 1936)
Siervo de Dios don Agustín Sabater Paulo O.D. (Vinaroz, 9 de mayo de 1883 – Tabernas, 31 de agosto de 1936)
Siervo de Dios don Juan José Egea Rodríguez (Zurgena, 9 de noviembre de 1876 – Tabernas, 1 de septiembre de 1936)
Siervo de Dios don Andrés Iniesta Egea (Zurgena, 13 de enero de 1877 – Tabernas, 1 de septiembre de 1936)
Siervo de Dios don Antonio Lorca Muñoz (Zurgena, 29 de noviembre de 1885 – Tabernas, 1 de septiembre de 1936)
Siervo de Dios don Pedro Meca Moreno (Zurgena, 1 de septiembre de 1883 – Tabernas, 1 de septiembre de 1936)
Siervo de Dios don Agustín Navarro Iniesta (Zurgena, 28 de mayo de 1902 – Tabernas, 1 de septiembre de 1936)
Siervo de Dios don Martín Salinas Cañizares (Canjáyar, 25 de mayo de 1895 – Tabernas, 2 de septiembre de 1936)
Los restos de la mayoría de ellos no pudieron ser identificados y se trasladaron a la cripta del mausoleo de los mártires del cementerio de San José de Almería donde reposan a la espera de su resurrección.