Beatificación en la Catedral de Nuestra Señora de la Almudena

El sábado 29 de octubre de 2016 en la Catedral de Nuestra Señora de la Almudena de Madrid tuvo lugar la solemne Beatificación de los mártires benedictinos José Antón Gómez, Antolín Pablos Villanueva, Rafael Alcocer Martínez y Luis Vidaurrázaga González, monjes del priorato de Nuestra Señora de Montserrat que el monasterio de Silos poseía en la calle San Bernardo 79 de Madrid.

Presidió la ceremonia de Beatificación el Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, Cardenal Ángelo Amato, y concelebraron con él el Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro, el Arzobispo Emérito, Cardenal Antonio María Rouco, el Cardenal Ricardo Blázquez y el Nuncio de su Santidad en España Mons. Renzo Fratini. Con ellos el Arzobispo de Burgos, monseñor Fidel Herráez, el Obispo de Bilbao, Mons. Mario Iceta, y el Administrador Diocesano de Osma-Soria, Gabriel Ángel Rodríguez Millán, diócesis natales de los nuevos beatos, así como, el Arzobispo de Toledo Mons. Braulio Rodríguez, el de Tarragona Mons. Jaime Pujol y el de Pamplona Mons. Francisco Pérez, y los Obispos, de Alcalá Mons. Juan Antonio Reig, el Obispo benedictino argentino monseñor Martín de Elizalde, el Obispo auxiliar de Madrid, Mons. Juan Antonio Martínez Camino, el P. Superior Benedictino Philip Duphin y numerosos abades y priores de monasterios benedictinos de España y Francia.

El Cardenal Amato leyó el Decreto del Papa por el que inscribía en el número de los Beatos de la Iglesia Católica a los cuatro benedictinos beatificados, descubriéndose seguidamente su cuadro a la izquierda del altar.

“Un inmenso número de fieles españoles sacrificaron su vida para impedir la descristianización de España”.

En su homilía el Cardenal Ángelo Amato se cuestionó: “¿Cómo fue posible que hombres mansos e inocentes hayan sido tan brutalmente maltratados y asesinados?”, y respondía: “El clima sociopolítico de los años 30 se caracterizó por una manifestación de terror con la Iglesia, una persecución cruenta. Explotó el odio contra sacerdotes, religiosos y laicos. En aquel período hubo tinieblas sobre la tierra. El enemigo de Dios logró por breve tiempo bañar de sangre inocente esta tierra bendita”.

Continuó el Cardenal: “Los cuatro monjes y sacerdotes benedictinos fueron fusilados por ser sacerdotes. La Iglesia reabre esta página de la historia porque quiere conservar la memoria de los justos, no de la injusticia que sufrieron; es la memoria de una inmenso número de fieles españoles que sacrificaron su vida para impedir la descristianización de España”

Uno de ellos, (el Padre Antolín Pablos Villanueva) ya sufrió en 1914 la persecución mejicana en que los cristianos morían al grito de ¡Viva Cristo Rey!

En el ofertorio, portado por familiares y frailes benedictinos, se llevaron al altar las reliquias de los cuatro mártires en un precioso relicario

Relicario que contiene un fémur de cada uno de los cuatro beatos mártires.

Tras palabras de acción de gracias del Cardenal Osoro y del superior benedictino, finalizó la ceremonia con el canto de la Salve carmelitana.

Como acción de gracias por la beatificación, el domingo 30 de octubre se celebró la Santa Misa en el priorato de Nuestra Señora de Montserrat de Madrid, y el sábado 5 de noviembre al mediodía lo será en el monasterio de Silos.

Tras la oración del Angelus del domingo dia 30, el Papa Francisco recordó: “ ueridos hermanos y hermanas ayer en adrid fueron proclamados beatos os ntón óme ntol n ablos illanue a, Juan Rafael Mariano Alcocer Mar ne y uis idaurr a a, mártires, asesinados en España el siglo pasado, durante la persecución contra la Iglesia. Eran sacerdotes benedictinos. Alabamos al Señor y encomendamos a su intercesión a los hermanos y las hermanas que lamentablemente todavía hoy, en distintas partes del mundo, son perseguidos por la fe en Cristo.”

Religiosas benedictinas ante el cuadro de los nuevos beatos de su Orden

Inscripción de los nuevos mártires ante su sepulcro en el Monasterio de Montserrat de Madrid



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