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Beatificación de 12 mártires redentorisstas de Madrid

El Papa declara el martirio de 12 redentoristas asesinados en Madrid en 1936, que serán beatificados

Mártires redentoristas de Madrid de 1936

 

El 24 de abril 2021 la Congregación de la Causa de los Santos ha informado que el Papa Francisco ha autorizado a promulgar los Decretos relativos al martirio de los siervos de Dios Vicente Renuncio Toribio y otros 11 compañeros de la Congregación del Santísimo Redentor (5 sacerdotes y 6 hermanos) muertos por odio a la Fe en Madrid durante la persecución religiosa de 1936, y por ello autoriza sean beatificados como mártires. La fase diocesana del proceso se inició en 2006 y culminó en 2007. La Positio fue presentada en Roma en marzo de 2019.

 El P. Quesada señala que compartieron sus martirios personas no redentoristas. Así Lino  Vea Murgía,  el sacerdote que hospedó a los hermanos Nicesio y Gregorio, que por haberles acogido, fue martirizado el 17 de agosto en el cementerio de la Almudena. Asimismo

D. Roberto González Nandín y su esposa acogieron al P. José M.ª Urruchi y al Hno. Pascual Erviti en su domicilio, y al ser descubiertos, D. Roberto fue martirizado con sus dos protegidos. Su proceso se halla en fase diocesana en la diócesis de Madrid.

 

Misioneros Redentoristas Mártires en Madrid

Los Misioneros Redentoristas se instalaron en Madrid en 1869, tras la persecución sufrida en 1868, junto a la iglesia de San Pascual en el Paseo Recoletos, hasta que en 1879 se les concedió la Iglesia de Santa Bárbara, conocida como “Las Salesas”. En ella permanecieron hasta que en 1892 el Nuncio les encomendó la Basílica Pontificia de San Miguel Arcángel, anexa a la iglesia de la Nunciatura Apostólica en España, y se instalaron en la casita aneja de la Plaza del Conde de Miranda. Poco después se trasladaba procesionalmente el Icono de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y, con él la Comunidad de Misioneros al Santuario del Perpetuo Socorro, a la entonces calle Garcilaso.

Las comunidades redentoristas de Madrid en julio de 1936

 El domingo 19 de julio los redentoristas de la Basílica Pontificia de San Miguel celebraron la fiesta del Santísimo Redentor, aunque por la tarde ya hubo tumultos por las calles. El lunes 20 únicamente pudieron celebrar las primeras misas debido al continuo tiroteo en el asalto al cuartel de la Montaña. Cerraron las puertas, consumieron el Santísimo Sacramento, y los religiosos fueron saliendo poco a poco, hacia el lugar de refugio indicado. Al día siguiente pudieron ver la sacristía ardiendo. Cuatro de sus miembros serían martirizados. En el Santuario del Perpetuo Socorro el lunes 20 de julio se celebraron todas las misas, pero el martes 21 se oficiaron únicamente las primeras de la mañana, y con precaución se dispersaron todos los religiosos vestidos de paisano. Ocho miembros de esta comunidad sufrirían martirio.

 Los doce religiosos de la Congregación del Santísimo Redentor que sufrieron martirio en Madrid en 1936.

 

P. CRESCENCIO ORTIZ BLANCO

Nació en Pamplona en 1881. Un día entró en la Basílica de San Ignacio, quedando extasiado ante el cuadro de la Virgen, y a los 12 años ingresaba en El Espino (Burgos), jovenado de los Misioneros Redentoristas en España.

 Profesó en 1900 y cursó la carrera sacerdotal en Astorga, siendo ordenado en 1905. En julio de 1936 es destinado a la comunidad del San Miguel de Madrid.

En la tarde del día 19 salió con el P. Calvo en busca de amparo en casas amigas, pero no se atrevieron a admitirlos. El P. Ortiz volvió al convento y allí pasó la noche. Al día siguiente por la tarde salió con el P. Ángel Martínez y el Hno. Bernardo Sáiz en busca de refugio, pero fueron apresados junto a la iglesia de San Miguel, y juntos fueron fusilados aquella noche en la Casa de Campo de Madrid.

 P. JOSÉ Mª. URRUCHI ORTIZ

 

Nació en 1909 en el pueblecito de Ayuelas que dista unos 3 kms. del seminario redentorista de El Espino en Burgos. Fue ordenado sacerdote en 1932. Afectado de graves enfermedades, el 20 de julio de 1936 salió de la residencia de Madrid con el Hno. Máximo Perea, y se refugiaron en casa de los Srs. Nandín. A los pocos días,  el Hno. Máximo cambió su refugio con el Hno. Pascual, y a partir de ese momento la vida y pasión del P. Urruchi camina paralela con la del Hno. Pascual, José Joaquín Erviti. Pudo celebrar misa todos los días en la capilla familiar hasta que el 21 de agosto fueron delatados, y los milicianos se llevaron a los dos redentoristas y al dueño de la casa, a la checa del Palacio de Rodas. La misma noche el portero de la casa contestó a la señora de D. Roberto Nandín, que le pedía noticias de los detenidos: “De D. Roberto no sé nada; a los frailes los matan esta noche”. Fueron asesinados en la madrugada del 22 de agosto en la carretera de Andalucía. Sus restos están inhumados en el panteón de la congregación en la Almudena.

 P. VICENTE RENUNCIO TORIBIO

 Nació en 1876 en Villayuda (Burgos) siendo ordenado sacerdote en 1901. Fue destinado al Santuario del Perpetuo Socorro de Madrid en 1912. Al comenzar la persecución, se refugió en casas   de    familias    amigas,    siendo detenido el 17 de septiembre e ingresado en la Cárcel Modelo.

Vicente Renuncio en su primera Misa El 7 de noviembre, al salir de su celda camino del martirio, exclamó: “Ofrezco mi vida por mis hermanos, por toda la Congregación y por la desdichada España”.

P. ÁNGEL MARTÍNEZ MIQUÉLEZ

 Nacido en Funes (Navarra) en 1907, recibió la ordenación sacerdotal en 1930. Profesor de filosofía y literatura en Astorga y Granada, en octubre de 1934 llegó a la Comunidad del Perpetuo Socorro de Madrid como Secretario del P. Provincial y Redactor de la Revista del Perpetuo Socorro. El P. Ángel permaneció en la residencia de San Miguel hasta el 20 de julio en que celebró la última misa en la Basílica a las siete de la mañana, tras la que tuvo que cerrarse el templo ante la insolencia de las masas que procedían del asalto al Cuartel de la Montaña.

 El P. Ángel tomó las llaves del piso que le habían dejado Juan y Cosme Cabot, dirigentes de jóvenes de la Acción Católica. Lo acompañaban el P. Crescencio Ortiz y el Hno. Gabriel, que, vestidos de seglar y con un hatillo de ropa, fueron saliendo de la residencia sin ser vistos. Al llegar a la calle Segovia, se toparon con una masa de milicianos armados que acababan de rendir el cuartel de la Montaña, y que los detuvieron. Llevados al Círculo socialista de La Latina del que los sacaron en un coche calle Segovia abajo en dirección de la Casa de Campo, y ya no se volvió a saber más de ellos.

 La fotografía de un cadáver sin identificar tomada en el depósito del cementerio de Madrid el 25 de julio y anexa a una ficha de la Dirección General de Seguridad para proceder a su identificación, fue cotejada con una del P. Ángel Martínez por un médico forense: “El sujeto ha padecido un considerable maltrato. Presenta seis erosiones frontales, hundimiento del caballete nasal y restos de una gran hemorragia por este lugar. La mejilla izquierda y la oreja de ese lado aparecen desgarrados por el orificio de salida de un disparo por arma de fuego del que se desprende un reguero de sangre hacia el cuello. La facies hipocrática y el maltrato sufrido desfiguran parcialmente el rostro. No obstante, se aprecian evidentes coincidencias entre el cadáver fotografiado y las fotos remitidas para cotejo…que nos permiten afirmar que la fotografía del cadáver pertenece al P. Miquélez”.

P. ANTONIO GIRÓN GONZÁLEZ

Nació en Ponferrada el 11 de diciembre de 1871. Profesó votos en 1889 y fue ordenado sacerdote en 1894. En julio de 1936 el P. Antonio acababa llegar a su comunidad de San Miguel de Madrid. Se refugió en una casa amiga, luego en un convento de religiosas y finalmente en un hospicio, que el 24 de agosto fue ocupado por milicianos siendo capturado y asesinado el día 30.

 HNO. BERNARDO SÁIZ GUTIÉRREZ

 Nació en 1896 en Melgosa (Burgos). Realizó la profesión perpetua de votos como Hermano en 1924. Tras estar en la comunidad de Pamplona, en 1925 fue trasladado a la de San Miguel Arcángel en Madrid. Sufrió martirio el 20 de julio de 1936 con los padres Crescencio Ortiz y Ángel Martínez.

 HNO. GREGORIO ZUGASTI FERNÁNDEZ DE ESQUIDE

 Nació en Murillo de Yerri (Navarra) en 1884, realizó la profesión de votos religiosos como Hermano en 1912 y trabajaba en Madrid en la Administración de la Revista del Perpetuo Socorro.

 Al tener que dejar el convento en julio de 1936, no quiso abandonar al hermano y anciano Nicesio Pérez, casi ciego, y que hacía poco que había llegado de Santander.

 Pasaron ambos por distintos refugios y pensiones, y se escondieron en un sótano de la editorial Perpetuo Socorro hasta que el 14 de agosto fueron detenidos y llevados a una cheka de la calle Nicasio Gallego de la que fueron sacados juntos para el martirio en la madrugada del 16 de agosto en las inmediaciones de Vallecas en cuyo cementerio fue inhumado.

HNO. NICESIO PÉREZ DEL PALOMAR QUINCOCES

 Nació en 1859 en Tuesta (Alava). Profesó votos religiosos como hermano en 1891. Desempeñó funciones de carpintero, horticultor, apicultor y albañil.

 Transferido a Madrid en 1934 en la comunidad del Perpetuo Socorro, a los setenta y siete años y casi ciego, fue apresado con su protector el Hno. Gregorio Zugasti la tarde del 14 de agosto de 1936, siendo asesinados ambos dos días después.

 HNO. ANICETO LIZASOAIN LIZASO

 Nació en 1877 en Irañeta, en la falda de la sierra de Aralar de Navarra, coronada por el Santuario de San Miguel. De familia vascoparlante, por dificultad en los estudios en castellano, tuvo que profesar votos como Hermano coadjutor en 1896.

 Miembro de la comunidad del Perpetuo Socorro de Madrid,  al tener que abandonarla en julio de 1936 fue acogido en casa de Dña. Emilia Alcázar, madre del P. Hortelano, pero para mayor seguridad, ésta le buscó una pensión en la calle Larra.

 Algún cliente lo delató y los milicianos lo detuvieron   y martirizaron el  18  de  agosto  junto  al  cementerio  de  Chamartín.  Sus restos descansan en el Valle de los Caídos.

 

HNO. PASCUAL ERVITI INSAUSTI

 Nació en Echalecu, pequeño pueblo y capital del navarro Valle de Imoz, en 1902. “Mi oficio era ayudar a misa, ir a la escuela y cuidar el ganado”.

 Deseaba ser sacerdote pero se cruzaban obstáculos familiares hasta que en 1928 el Cura del pueblo lo encaminó a los Redentoristas de Pamplona, profesando votos perpetuos en 1935 como Hermano José Joaquín, sirviendo como ayudante de cocina en la   comunidad  de Madrid. Obligado a huir en julio de 1936, se refugió con el P. José María Urruchi en casa de una familia amiga, entregado a constante oración. Fue asesinado durante la noche del 22 de agosto de 1936 en la carretera de Andalucía.

 P,. DONATO JIMÉNEZ BIBIANO

 Nació en Alejos (Albacete) en  1873, siendo ordenado presbítero en 1899. No llevaba un mes en la residencia de San Miguel de Madrid cuando estalló la persecución religiosa. El domingo 19 de julio se refugiaba en casa de su amigo y paisano D. Jerónimo Fernández Puertas donde vivió entregado a la oración. Sus únicas salidas eran para celebrar la Eucaristía en la Nunciatura o en el Palacio de la Cruzada. Enterado de que se había esparcido por la vecindad el rumor de que se ocultaba un fraile, el 11 de septiembre se refugió en casa de la Srta. Lola Moreno, calle Mayor 59, donde sería capturado por milicianos, que llevaron a él y a Lola a la Checa de la calle Fomento. En la cárcel confortaba espiritualmente a los presos. Uno de ellos testifica sus palabras al salir para el martirio: “Hijo mío, si nos llevan a matar ya sabemos lo que tenemos que hacer: Gritaremos con toda la fuerza ¡Viva Cristo Rey! Y entraremos en el cielo’”. Sería asesinado el 17 de septiembre. Su cadáver fue encontrado en el Km. 12 de la Carretera de Francia, siendo inhumado en la fosa común del cementerio de Fuencarral.

HNO. RAFAEL PEREA PINEDO,

 Nacido en Villalba de Losa (Burgos) en 1903, realizó la profesión perpetua de votos religiosos como Hermano Máximo en 1926. En 1936 formaba parte de la comunidad del Perpetuo Socorro de Madrid desempeñando funciones de portero, sacristán, y cocinero.

 Máximo con sus padres y su hermano el P. Perea

 Al tener que abandonarla encontró refugio primero con familiares y amigos, pasando luego a una pensión donde fue detenido y llevado a la checa de Fomento. Martirizado en la Ciudad Universitaria el 3 de noviembre su cadáver reposa en el Valle de los Caídos.



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