“Tu gracia vale más que la vida" BEATIFICACION DE 16 NUEVOS MÁRTIRES DE GRANADA
El sábado 26 de febrero de 2022 tuvo lugar en la Catedral de Granada la Beatificación de Cayetano Giménez y 15 compañeros mártires. Presidió la ceremonia el Cardenal Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos Mons. Marcelo Semeraro, con el Nuncio de Su Santidad Mons. Bernardito Azua, el Arzobispo de Granada Mons. Javier Martínez, y el Cardenal Cañizares de Valencia. Concelebraron los obispos de las diócesis andaluzas de Sevilla, Asidonia Jerez, Córdoba, Guadix, Almería, Sevilla, Málaga, Jaén y su obispo emérito, y el auxiliar de Madrid, Mons. Martínez Camino, y 120 sacerdotes y seminaristas.

Se hallaban en el templo numerosos fieles procedentes de toda la archidiócesis, entre ellos familiares y vecinos de los pueblos en que ejercieron su ministerio y murieron los nuevos beatos: Almuñécar, Motril, Salobreña, Alhama, Loja, Órgiva, Lanjarón, Alfornón, La Zubia, Beas de Granada, Comares y Coín (Málaga), y Moreda (Guadix).
Tras la lectura de una sucinta semblanza de cada uno de los 16 mártires, se inició el rito litúrgico de beatificación con la petición del arzobispo de Granada Mons. Javier Martínez de incluir en el Libro de Beatos a estos nuevos mártires granadinos.

A continuación el Cardenal Semeraro leyó la Carta Apostólica por la que Su Santidad inscribe en el citado Libro a los Venerables Siervos de Dios Cayetano Giménez Martín y 15 compañeros mártires.
El despliegue del tapiz con el rostro de los 16 nuevos beatos fue acompañado de un sonoro aplauso de los fieles y el tañer de las campanas de las iglesias de Granada, como expresión de júbilo y acción de gracias a Dios.

Al son del Cristus Vincit es llevado en procesión un relicario de plata que es depositado en el altar. Con el sello del abrazo de la paz entre el arzobispo de Granada y el cardenal Mons. Semeraro y la entrega de una copia de la Carta Apostólica termina el rito de beatificación.
En la oración de los fieles se invocó a los nuevos mártires para que con su intercesión podamos como ellos confesar la fe con fortaleza de obra y de palabra, y se rogó especialmente por quienes sufren “en nombre de Cristo, vejaciones, injurias, humillaciones, torturas”, así como por los “perseguidores de la Iglesia, para que la sangre de los mártires les haga obtener la conversión”.
Se leyó el texto de Apocalipsis 12:10/11 “Ahora llega la salvación, el poder, el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo… ellos vencieron por medio de la sangre del Cordero y por la Palabra de su testimonio, y no tuvieron miedo de perder la vida, sino que estuvieron dispuestos a morir ”.
La solista del coro entonó con voz suplicante el Salmo 62, 2.9,” Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua”, y tras un estentóreo Aleluya mozárabe se leyó el Evangelio de San Juan 12,24/25: “Os aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna”.
“La paradójica elección de escoger la muerte por la vida”
El Cardenal Prefecto en su homilía, significó que “la santidad de los mártires no es nunca un evento del pasado”, sino que es “siempre, una gracia permanente para la Iglesia”. La santidad es “un don que recibimos del Señor”, que, como precisa el lema de esta beatificación ”solo a la luz del Evangelio, podemos entender el sentido de esta paradójica elección: ¡escoger la muerte por la vida!”.
El cardenal recordó también que “los mártires de Dios nos guían y nos ayudan. Por ello no debemos tener miedo de mostrarles nuestras enfermedades, porque ellos, frágiles y débiles como nosotros, habiendo experimentado la fragilidad humana, han conseguido la victoria. Así pues, honramos y veneramos a los nuevos beatos mártires, conscientes de que en ellos Cristo está presente, aunque en modo misterioso”.
PALABRAS FINALES DEL ARZOBISPO DE GRANADA

Concluyó el arzobispo de Granada expresando en nombre de la Diócesis su gratitud al Santo Padre “por este don inmenso hecho a nuestra Iglesia, así como por su incansable ministerio en nombre de Jesucristo, a favor del perdón, de la misericordia y de la reconciliación entre los hombres”.
Afirmó que los nuevos beatos son “un honor” para Granada, pero “sobre todo, una gracia que el Señor nos hace y una fuente poderosa de intercesión”, y elevó una súplica por intercesión de los nuevos beatos ante el Señor “para que obtengan para los países implicados en esta guerra de Ucrania y para todo el mundo, el don de la paz y una convivencia basada, no en intereses políticos o económicos, sino en nuestro común reconocimiento como hermanos, hijos del mismo Dios”.
La celebración concluyó con el canto del Himno de los mártires compuesto por María José García Lozano, que lleva el nombre del lema de esta beatificación: "Tu Gracia vale más que la vida", y que comienza así:
“Don que perdura en la Eucaristía.
Sangre entregada sobre el altar.
Purificadas están las vidas.
Pascua a la eternidad.
Tiembla y vacila nuestra esperanza.
Pero contigo se va el temor.
Persecuciones, angustia, espada
No vencerán al amor.
Santo, oh Cristo, contemplo tu
Gloria.
Puertas del cielo.
Abiertas de par en par (bis)
El estribillo es “Tu Gracia vale más
que la vida,
Con tu presencia gozamos ya”.
El domingo 27 de febrero ha tenido lugar en la Catedral de Granada la Misa de acción gracias de la Archidiócesis por la beatificación.


