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SANTA MISA EN MEMORIA DEL SIERVO DE DIOS OBISPO MONS. MANUEL IRURITA ALMANDOZ EN LA CAPILLA DEL SANTO CRISTO DE LEPANTO DE LA CATEDRAL DE BARCELONA

Convocados por Hispania Martyr Siglo XX, el pasado 3 de diciembre de 2022, 86º aniversario de su gloriosa muerte martirial ante la tapia del cementerio de Moncada, se ofició la Santa Misa en su memoria en la capilla del Santo Cristo de Lepanto de la Catedral de Barcelona, a los pies de cuya imagen, cumpliendo su voluntad, reposan sus restos mortales. 

Lapida que cubre el sepulcro de Mons. Irurita

Texto en español del latino grabado sobre la lápida

«Al Sumo Dios Omnipotente.

Aquí yace el Exmo. y Rvmo.

Dr. D. Manuel Irurita Almándoz.

Nacido el 13-agosto-1876,

promovido a la Sede de Lérida

el 20-diciembre-1926

y trasladado a la de Barcelona

el 13-marzo-1930.

Por odio a la fe

fue asesinado

el 3-diciembre-1936.

El Buen Pastor

dio su alma por sus ovejas.

Descanse en paz».

A las doce de la mañana de la fiesta de San Francisco Javier, patrón de su Navarra natal, se iniciaba la Santa Misa en memoria del Siervo de Dios Mons. Manuel Irurita Almandoz, pidiendo al Rey de los mártires nos conceda la gracia de verlo pronto elevado al honor de los altares con su familiar Rvdo. Marcos Goñi y sus custodios protectores Antonio y Francisco Tort, para mayor gloria de la augusta Trinidad.

Presidió la celebración el consiliario de Hispania Martyr Mn. Antonio Gómez Mir, párroco de San Jorge, concelebrando con él el Canónigo Penitenciario de la Catedral D. Juan Rodríguez Gómez, y el párroco de Nuestra Señora de los Ángeles Mn. Mn. Rafael Méndez, asistidos por el Canónigo Arcipreste y prefecto de liturgia Mn. José Vives Trabal.

Birrete del Obispo sobre su tumba ornada con un ramo de flores

Mn. Rafael Méndez, Mn. Antonio Gómez y el Canónigo Don Juan Rodríguez

Comenzó su homilía Mn. Antonio Gómez recordando que, como nos dice San Agustín en La Ciudad de Dios: " quien tiene afecto por alguien venera lo que queda de ésa persona tras su muerte, no sólo su cuerpo sino partes de él e incluso cosas externas, como sus ropas. En memoria de ellos debemos de honrar sus reliquias, principalmente sus cuerpos, que eran templos del Espíritu Santo", pero afirmó que el acto que nos reunía no era un funeral, sino un testimonio de esperanza.

Significó que el pontificado de Mons. Irurita se caracterizó por querer llevar a la práctica su lema de “Es necesario que Cristo Reine” (Cor, 15,25), lo que le comportó abierta oposición por los que propugnaban: “no queremos que Este reine sobre nosotros. “ (Luc.19.14), lema permanente y oposición subsistente en nuestros procelosos tiempos, que nos recuerdan los suyos como obispo de Barcelona.

Señaló además que la asistencia de sus devotos a esta anual celebración acredita el requisito exigido por los teólogos en toda causa martirial: la llamada "fama de martirio", la adhesión popular y continuada al mártir, mediante la permanencia de la devoción entre los fieles y la opinión sustentada por «el pueblo de Dios de que el Señor concede gracias y favores por son intercesión. » Afirmó Mn. Gómez esta ceremonia es ocasión propicia para pedir a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo su pronta beatificación si ha de ser para mayor gloria de la augusta Trinidad.

Finalizada la Santa Misa los asistentes se dirigieron en procesión por el claustro catedralicio hasta la capilla de los mártires donde se rezó novena a la Santísima Trinidad pidiendo ver pronto a Mons. Irurita inscrito en el catálogo de los Santos.

Mn. Antonio Gómez lee el texto de la novena a la Santísimas Trinidad ante la capilla de los mártires del claustro catedralicio junto a los asistentes.

La tradicional colocación de la ofrenda floral a los pies de la estatua de Mons. Irurita en la hornacina del muro del Palacio Episcopal tuvo que suspenderse ese sábado por imposibilidad de asistencia de los operarios que la instalaban, pero fue depositada el lunes día 5.



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