El Siervo de Dios Mosén Pere Nart Fontova


El Siervo de Dios Mosén Pere Nart Fontova


El templo de Santa María de Bellcaire d’Urgell


Estalló la guerra el 17 de julio de 1936 y el 25 Mn. Pere sufre martirio de fuego. La guerra lo paraliza todo. La familia se dispersa. Aparecen los orcos. La persecución es cruel y perseverante desde el primer momento.
Mi tío Tomás, escondido en Barcelona, es detenido y llevado al pueblo y allí asesinado y quemado el 21 de diciembre 1936. Tío Ramón pierde la vida en el frente del Segre. Y, tío José, médico, muere en Reus. Se acaba la guerra y en la familia tenemos tres viudas y seis huérfanos. Cuantas misas de difuntos, cuantas lágrimas, cuanta tristeza, y cuanta intercesión.


DESCUBRIMIENTO DE MOSÉN PERE NART FONTOVA
Me entero de la existencia de Mn. Pere Nart por internet, buscando noticias de mi abuelo Tomás, su hermano. Su búsqueda me lleva al libro de Martín Ibarra Benlloch, “La persecución religiosa en la diócesis de Barbastro-Monzón” editado en 2011, y en el tomo I, en la página 458, dice:
Asesinato de Mn. Pere Nart Fontova, 28 de julio
A partir del lunes 27 de julio comenzó en toda la zona de Benabarre una persecución implacable contra los católicos más significados y contra los sacerdotes. Los del Comité de Monesma de Benabarre debieron de intentar detener a su párroco Mn, Pere Nart Fontova. Al no hallarlo, detuvieron al vecino Joaquín Benedet Pueyo, pensando que él lo ocultaba.
Lo llevaron ante el Comité de Castigaleu (declaración de Joaquín Benedet el 23-X-1942 y conservada en el AHN Legajo 1410-1). Muy poco después se presentó don Pere Nart, al que detuvieron y llevaron igualmente al Comité de Castigaleu. Los de Castigaleu avisaron a la Comarcal de Benabarre, quien informó al secretario de Lasguarres, Jesús Barrau. Este subió al día siguiente 28, con milicianos de su pueblo y un camión de milicianos de la FAI procedentes de Barcelona. Al llegar a Castigaleu, se llevaron al párroco Mn. Nart, y a pocos kilómetros, en la partida de La Cabañera, lo fusilaron, rociaron su cadáver con gasolina y lo quemaron.
“En Castigaleu fueron totalmente destruidos todos los altares, imágenes y objetos de culto, así como el el archivo parroquial.”

LA REUNIÓN EN MONESMA.
No conocíamos apenas nada de Mosén Pere. Los mayores lo habían borrado de su memoria y a nosotros nos lo habían ocultado como otras muchas cosas.
Mis primas mayores tampoco lo recordaban.
¿Por qué? Pienso que para no vivir en el rencor y pasar página.
Como ya he comentado, el tener conocimiento del libro de Martín lo cambió todo. Los mártires protagonistas me empujaban a investigar y así lo hice. Hable con Martín, enfrascado en la preparación de las I Jornadas, y con Mosén Luis Lasheras, que tenía a su cargo las mismas parroquias que mosén Pere.
Antes de visitarlo en Cajigar le llamé por teléfono y al identificarme como Nart tardó en reaccionar, note que ponía en orden sus recuerdos y sorprendido me pregunto qué parentesco tenía. Le dije que era hermano de mi abuelo. Era en todos estos años el primer descendiente que contactaba con él. Subí a visitarlo. Me esperaba con Baudilio Túnica, un amigo y parroquiano que había recibido doctrina de mosén Pere, con muy buena memoria y agilidad física a pesar de su avanzada edad.
Con el Suzuki Vitara de mosén Luis lo visitamos todo. Habíamos quedado en Monesma, luego nos dirigimos a la iglesia en Las Badias, el Serrat de mosén Pere, la masía de Cal Gordo y la Cabañera (se bautizó así por las cabañas que hay a lo largo del sendero por donde pasaban los rebaños para ir al Pirineo en verano) ubicado en la finca SANTAS MASAS, el lugar del martirio, plomo y fuego.
Otro encuentro, fue directamente en Barbastro, se trataba de visitar a Monseñor Alfonso Milian y cerrarle la agenda para el 28 de julio. Le propusimos celebrar la misa

en Monesma, bendecir la placa en la iglesia y el monolito en la Cabañera. Dijo a todo que sí.
Mons. Alfonso Milian y D. Tomás Nart

 

La Cabañera, lugar del martirio



Foto de grupo de la familia Tort acabada la ceremonia


Acabo recordando a los muchos que colaboraron y que ya no están con nosotros: Don Alfonso, D.Luis, D. Baudilio y familiares muy queridos, especialmente mi hermano Sami, enfermo de ELA que nos dejó el pasado 7 de julio, que como en tantas otras cosas en mi vida no habría podido realizar sin su consejo y apoyo. Y, los que están, especialmente a la familia De Mur por la cesión del terreno para el monolito, en La Cabañera y a Jaime Mir y a Martín Ibarra, por compartir su sabiduría conmigo. Tomás Nart Espinet.


D. José María Alsina junto a Dª Lourdes Grosso y D. Tomás Nart que impartió documentada ponencia en las pasadas Jornadas Martiriales de Barcelona



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